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abril 26, 2024

CDMX

Lástima de cara, amigo tepiteño

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Armando Ramírez, como buen tepiteño, pudo haber hecho carrera en el boxeo, como su tío El Hitlacoche Medel o su padre, El Negro Ramírez. La cara le ayudaba para eso, lo mismo que para ser alcohólico o drogadicto, pero su único vicio eran las letras, las propias y las ajenas, y dio renombre al barrio bravo por medio de la literatura y el periodismo. Era un chamaco cuando se publicó su primer libro, Chin Chin el teporocho (1975), que era tan valioso como crónica urbana, que se decdió publicarlo con todo y errores ortográficos.

Desde entonces Armando se hizo amigo de escritores y periodistas de renombre y algunos de sus libros y cuentos (Chin Chin…, Noche de califas, Ratero) fueron llevados al cine, con éxito relativo. Académicamente llegó a la vocacional, pero prácticamente es un escritor autodidacta, aunque cercano a escritores hechos y derechos que le sirvieron de guía y ejemplo.

Armando fue jefe de información de Hoy en la cultura, de Once TV; comentarista de Letras vivas, con José Agustín; Detrás de la noticia, con Ricardo Rocha y Matutino Express, con Esteban Arce, donde hacía crónicas urbanas, iguales a las que publicamos aquí, en Diario BASTA!

Como suele pasar, muchas personas lamentaron en redes sociales la muerte del escritor, acaecida el 10 de julio. Pero lo verdaderamente lamentable es que, como escritor, Armando sea un desconocido para las masas, que sabían de su existencia por sus apariciones en televisión, pero no han leído sus libros. En su memoria y en su honor, anímense a leer alguno de sus libros. Como diría él: total, ¿qué tanto es tantito?

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