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¡Los ojos de la capital!
HHR
Los nuevos servidores públicos, recién nombrados por la mayoría de Morena en el Congreso de la Ciudad de México, son personajes muy cercanos a ese grupo de poder. Alberto Vanegas, quien fuera el director de Desarrollo Social en Tlalpan, con su mentora política Maricela Contreras, fue asignado por la bejaranista como aspirante a la alcaldía en Tlalpan, pero finalmente lo bajaron. Ahora, será el titular del Instituto de Investigaciones Legislativas.
Mario Joaquín Zepeda, es muy cercano a la familia Batres. Era esposo de Lenia Batres. Conoce bien los tejes y manejes al interior del Congreso. En la extinta Asamblea Legislativa era asesor de César Cravioto, con un sueldo de 30 mil 584 pesos al mes, y ahora será el encargado de la Unidad de Estudios de Finanzas Públicas en el Congreso.
Ignacio Rodríguez Reyna, Nacho para los amigos, será el Coordinador de Comunicación Social. Es un periodista reconocido, pero su nombramiento contradice el discurso y la promesa de que el nepotismo se había terminado. Es cuñado de Valentina Batres.
No es el primer caso de nepotismo que se ve en la 1ª Legislatura del nuevo Congreso. El diputado Carlos Castillo, también tiene a su hermana Viridiana Castillo trabajando en algún espacio, por lo que se mantienen las mismas formas de hacer política que sus excompañeros asambleístas. Nada nuevo en el horizonte.
Ante esa imposición, los partidos de oposición en el Congreso (PRD y PAN), no sólo se mantienen en silencio sino también andan muy suavecitos. Nos cuentan que más vale llevar la fiesta en paz que confrontar a quienes tienen el poder en sus manos, o de lo contrario no tendrán capacidad de maniobra. Aunque, en realidad, no se les ve ni un ápice de intención de ser una verdadera oposición.