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FERMÍN SÁNCHEZ
Ciudad de México.- Luego de que la defensa legal de Joaquín el Chapo Guzmán Loera afirmara durante el juicio en Estados Unidos que el Cártel de Sinaloa habría sobornado al presidente actual, Peña Nieto y a Felipe Calderón exmandatario. Se volvieron abrir las heridas del sexenio pasado donde comenzó la guerra contra el crimen organizado que dejó un saldo de 121 mil 683 muertes, según el INEGI.
La lucha contra el narcotráfico no ha dejado más que muertes de jóvenes, mujeres, periodistas, defensores de Derechos Humanos y padres de familia, además del dolor de madres y familiares que buscan entre la tierra los cuerpos de sus hijos, sin embargo pareciera que con base a declaraciones de criminales e investigadores, Felipe Calderón recibía dinero del crimen organizado al mismo tiempo que decía combatirlo.
Y es que existen varias personas que afirman lo mismo que dijo el Chapo Guzmán. En el 2012, Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, detenido en 2010, envió una carta dirigida al diario Reforma, donde declaró que pagó a funcionarios del primer círculo de la policía federal mexicana (SSP) y manifestó que el presidente Calderón quiso pactar con grupos de la delincuencia organizada.
En la carta entregada por su abogada Eréndira Joselyn Guerra Gutiérrez a Reforma, Valdez denuncia que los funcionarios toman como botín los decomisos que hacen y que Genaro García Luna, titular de la SSP, recibe desde 2002 dinero del narcotráfico al igual que sus principales colaboradores.
“…me consta que ha recibido dinero de mí, del narcotráfico y la delincuencia organizada, al igual que a un grupo selecto integrado por Armando Espinosa de Benito quien trabajaba con la DEA y me pasaba información, Luis Cárdenas Palomino, Edgar Eusebio Millán Gómez, Francisco Javier Garza Palacios (PF Colombia), Igor Labastida Calderón, Facundo Rosas Rosas, Ramón Eduardo Pequeño García y Gerardo Garay Cadena quienes también forman parte y reciben dinero de la delincuencia organizada y de mi”.
También, en sus libros los “Señores del narco” y “México en llamas, el legado de Felipe Calderón”, la periodista Anabel Hernández reveló que Calderón intentó negociar con el crimen organizado y utilizó como intermediario al general en retiro Mario Arturo Acosta Chaparro. Además lo reiteró en una entrevista con Carmen Aristegui.
Anabel afirmó que el mismo militar le contó que el presidente y el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, lo habían enviado a sostener reuniones con grupos criminales.
Por otro lado en el libro “Los Malditos 2, El Ultimo Infierno” de Jesús Lemus, también se reafirma la relación del mandatario con el crimen organizado y con Sergio Villarreal Barragán, El Grande.
Y es que en prisión el exjefe de sicarios de los Beltrán Leyva, narraba que su relación no se limitó a un encuentro entre los dos en el bautizo de la hija del senador panista Guillermo Anaya Llamas.
Según el texto El Grande decía que ya se habían visto por lo menos en tres ocasiones, dos de ellas en la residencia oficial de Los Pinos, adonde Villarreal Barragán llegó con la encomienda de darle al mandatario dinero de parte de su patrón, Arturo Beltrán Leyva.
Es así como la declaración del Chapo Guzmán, solo es una más de las acusaciones contra el exmandatario.