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CIUDAD DE MÉXICO.- “La persona que hace a Fuerza Guerrera viene de cuna humilde, la única manera que tenía en ese tiempo de salir adelante era a través de la lucha libre”, así comienza la historia de un luchador que se encuentra cerca de cumplir 40 años como profesional.
En charla con Grupo Cantón, el hombre detrás de la máscara color azul, rojo y negro, revela que antes de convertirse en Fuerza Guerrera, fue un gran aficionado al deporte de los costalazos.
“Recuerdo que pagaba 10 centavos por ver la lucha libre en televisión, ahí nació la afición, me atrajo la magia de la lucha libre, ya cuando me hice de mi propio sustento, iba a las arenas, a la San Juan Pantitlán, a la Romero Rubio, a la Coliseo, a la México, yo era aficionado, sin pensar en llegar a ser luchador”
Fue entonces, que a través de un gran amigo, el hombre se convirtió en luchador, bajo la tutela de un gran esteta.
“Era Dick Angelo, él fue el que me formó, además del Gallo Tapado, pero siento que si él no me hubiera formado, yo tampoco existiría, también de Antonio Hernández, a esas tres personas les debo que exista Fuerza Guerrera.
“Yo empecé a entrenar como a los 20 años, no empecé tan jovencito. Pero tuve la ventaja que yo entrenaba con los tres maestros en un sólo día, entonces me hice rapidísimo, imagínate, entrenar tres veces al día, se me metió hasta el hueso el amor a la lucha libre”, recuerda.
Pero como toda historia, también tuvo sus bemoles.
“Yo empecé saliendo a luchar en los pueblos, en las moleras, donde no te pagaban, o te daban tu refresco y tu torta, y a veces ni la torta, pero te divertías y aprendías”, hasta que llegó su debut como profesional, el cual fue complicado.
“Fue un desastre, me dieron una arrastrada, no supe que hacer con el público, ni con el rival, hasta el grado de decir: ‘esto no es para mí’, pensé en retirarme en ese momento, pero mi maestro me dijo: ‘no, al contrario, esto es para que aprendas a tener un respeto más grande por la lucha, por ti mismo, para que no te sientas más que un ser humano, que si no pone el esfuerzo y la humildad suficiente no va a trascender”
Este episodio en la Arena San Pedro en Puebla, ante el gladiador Juan Hernández, que el propio Fuerza Guerrera asevera: “que no llegó a brillar y nunca más lo volví a ver”, marcó al rudo para forjar su esencia arriba del ring.
ESTRELLATO
Después de picar piedra, llegó la gran oportunidad para el capitalino.
“Me invitaron a formar parte de un grupo para disputar el Campeonato Nacional Ligero del Distrito Federal, entramos muchos pesos ligeros como: Sombra Roja, Rocky Norton, Negro Casas, Voltio Negro, éramos como 16 luchadores de todo el país.
“El Negro Casas y yo llegamos a luchar en parejas en alguna ocasión, y el señor Raúl Reyes nos recomendó para meternos a ese torneo, con tan buena suerte que nos tocó enfrentarnos en la Semifinal del Campeonato en la Arena Coliseo”.
Ese combate ante el 4:40 fue catalogado como la lucha del año, Fuerza Guerrera ganó, y a la postre se alzó con el título de los Ligeros al vencer a Sombra Roja, “y de ahí nos llaman para hacer otra lucha en la Arena México, fuimos los novatos del año”, evoca.
RIVALIDADES
A partir de entonces, comenzó una carrera prolífica en los encordados, donde el esteta de 63 años se ha hecho de máscaras, campeonatos, ha formado parejas y tríos con grandes luchadores, y esto también le ha traído grandes piques, como con Atlantis, con quien estuvo a punto de apostar la incógnita hace algunos años.
“Sí, se estaba manejando; sin embargo, en una lucha precisamente contra Atlantis, me tiré un tope, él se quitó y me pegué contra las