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Ciudad de México.– A los seis años Jorge Luis Martínez recibió unos patines como regalo de Navidad, mismos que le cambiaron la vida.
“Yo patinaba en todas partes, en las calles, en el parque; cuando tenía 12 años, mi mamá fue la que se enteró que existía como deporte, y ella fue la que me llevó a las pistas, desde el primer día me encantó y cada día quería entrenar y entrenar, hasta en vacaciones”, recuerda entre risas el propio Jorge Luis, en entrevista para Grupo Cantón, donde rememora todo lo que pasó hasta convertirse en el primer mexicano en ser Campeón Mundial en Patinaje de Velocidad, en la prueba de 100 metros, en Nanjing, China 2016.
“Yo no encuentro el momento en el que diga: ‘hoy amanecí y ya es mi profesión’, simplemente me dediqué a lo que me gustaba y cada día me levantaba con el afán de patinar y patinar.
“Obviamente hay un momento en el que evolucionas como atleta, pero el punto es que no dejas de hacer lo que amas y eso va creciendo como una bola de nieve. Te das cuenta que hay sistemas de entrenamiento, fui a mi primera competencia internacional y todo se fue dando, una cosa tras otra”, comenta.
Durante su trayectoria, Martínez Morales pasó por dificultades, que sin el apoyo de su familia habrían sido imposibles de superar.
“Ahorita que ya tengo una carrera larga, volteo y sí pienso: ‘No manches, sí fue difícil’, pero en ese momento, no lo veía tan difícil, solamente eran decisiones que tomaba, conforme al objetivo que quería lograr, yo no veía como un sacrificio no ir de fiesta, o comprar mis ruedas en lugar de ropa.
“Sin mi familia jamás lo hubiera logrado, porque una de las carencias del deporte en México es algo que se llama la Olimpiada Nacional, que es un semillero muy bueno para el deporte mexicano, pero a la vez yo lo veo como un cáncer, porque está sobrevalorada y el niño hace todo por ganarla, el Instituto del Deporte lo apoya al máximo para ganarla, pero la Olimpiada Nacional tiene un tope de edad, que en mi caso fue a los 16 años, entonces estuve desde esa edad, y hasta los 21, sólo con el apoyo de mi familia, viajando, compitiendo, con lo del material deportivo. Ese lapso no cualquier familia lo soporta, porque aparte de costoso, es cansado y además llegan las dudas de si patino, estudio o trabajo, y ahí es donde se retiran muchos atletas”, asegura.
En los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe, realizados en Barranquilla, Colombia, Jorge Luis ganó la medalla de oro en la prueba de 300 metros contrarreloj, medalla que el mismo patinador revela, valora más que la obtenida en el Mundial hace un par de años.
“A lo mejor sonará raro, pero la de los JCC 2018 me costó más trabajo, porque para mí entre más larga sea la prueba, más me cuesta entrenarla, y los 100 metros aunque obviamente no fue nada fácil, se me da, es una prueba que me gusta mucho y para los 300 no tanto.
“Y otra cosa es que tenemos a los colombianos como potencia mundial en patinaje, y yo me los encuentro en Centroamericanos, Panamericanos, en todos lados”.
En Colombia el patinaje se ha convertido prácticamente en deporte nacional, y Jorge Luis explica ese fenómeno, el cual espera se pueda replicar en nuestro país.
“Se empezó a hacer popular a partir de que empezaron a salir medallistas mundiales colombianos, entonces empezó a crecer y creo que ese es el inicio, que haya un referente que vaya abriendo el camino y ojalá ese sea el caso de México, para que también crezca el deporte”.
El nacido en Hermosillo, Sonora, quiere ser ese referente, como en su momento lo fue su paisana Ana Gabriela Guevara con el atletismo.
“Yo creo que lo mejor que puedo hacer es seguir ganando medallas para México, porque todavía estoy en edad competitiva para poder hacerlo y de esa forma hacer crecer mi deporte.
“De joven yo no tuve la inspiración de un patinador mexicano, sino de Ana Guevara, cuando estaba en la cumbre del atletismo, quería ser como Ana, ganar como Ana Guevara”.
DESVENTAJA
Jorge Luis fue eliminado del Exatlón, reality show, de cual era seguidor desde su primera temporada, cuando participó Doris del Moral, patinadora tabasqueña, amiga de él.
“Fui invitado a la primera temporada, pero las fechas no cuadraron porque tenía compromisos con mi deporte, y por eso no pude entrar.
“Para la segunda, la producción, desde el principio me dijo: ‘vas a entrar como backup (respaldo), no sabemos cuándo, pero va a ser después’, pero eso ya lo decidió producción”, situación que Matínez considera, fue en perjuicio tanto de su actuación como la de Tamara Vega (también eliminada semanas atrás), dado que ingresaron al mismo tiempo.
“Sí claro, sin duda, porque nosotros estábamos desfasados en el proceso de adaptación, todo lo que yo estaba pasando, se los comentaba a mis compañeros, y ellos ya lo habían pasado hace dos semanas o en la primera semana.
“Entonces ellos tuvieron ese tiempo de adaptación en cuanto a circuitos, al aislamiento y a la comida, y sí es una desventaja entrar después”.
A pesar de eso, valora la experiencia vivida en el concurso de televisión.
“Estoy contento, obviamente al momento de salir me sentía triste porque como todos los que hemos salido, queríamos estar más tiempo, sobre todo porque apenas va la primera etapa y todos queríamos dar más, estoy contento porque di todo lo que tenía que dar”, finaliza.