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SIGUE LA CUENTA REGRESIVA para que Enrique Peña Nieto termine su gestión como Presidente de la República. El 30 de noviembre saldrá de Los Pinos y dejará tras de sí un legado negativo en muchos rubros. El mexiquense quedó a deber, y cierra con cifras récords negativas en materias como inseguridad, robos, homicidios, inflación, corrupción e impunidad.
El comportamiento de la economía en este sexenio que agoniza, también es negativo. Se retrocedió en lugar de avanzar. Y lo peor: lo que se presumieron como logros, en realidad son verdades a medias, matizadas.
Un ejemplo: los empleos anunciados como nuevos, son producto de una migración del sector informal al formal, ante las presiones fiscales, y desaparecieron más de un millón de empleos mejor pagados.
Además, los magros incrementos al salario mínimo, comparados con las alzas a la canasta básica y otros productos de primera necesidad, terminaron por pulverizar esos aumentos. Los ingresos, en términos reales, se redujeron.
Lo que Peña Nieto presume como un logro –la mayor recaudación de impuestos– en realidad no es tal, pues se tuvo un mayor gasto público y deuda en relación al Producto Interno Bruto (PIB). No hubo orden en el gasto público.
Aún más: en este sexenio que agoniza, se dio un récord en la importación y robo de combustibles. Como nunca antes se había visto, creció el mercado negro de gasolinas, gracias a los huachicoleros, que han ordeñado los ductos de Pemex a lo largo y ancho del país.
PIFIAS Y RETROCESOS
El economista Luis Pazos elaboró un documento titulado La herencia de EPN, en su calidad de director general del Centro de Investigaciones Sobre la Libre Empresa, AC (CISLE), donde hace un riguroso análisis –sobre todo en materia económica– y desmenuza las pifias y retrocesos de la administración de Peña Nieto.
Grupo Cantón obtuvo una copia de dicho estudio, y estas son las partes sustanciales.
De entrada, Luis Pazos es tajante: “El gobierno de EPN deja un México más pobre, endeudado, devaluado, violento y corrupto, del que recibió… nos quieren pintar a billetazos un México color de rosa”.
Y luego anota que la administración de Enrique Peña Nieto aumentó impuestos con el teórico objetivo de tapar el hoyo en los ingresos por la baja del petróleo. “El aumento de impuestos le dio recursos cuatro veces superiores a los que dejaron de percibir por el menor precio del petróleo”, indica.
El mismo estudio precisa que los ingresos están inflados y calculados con un precio del petróleo superior al esperado, y un incremento en los ingresos fiscales bajo un supuesto crecimiento del 2.5 por ciento.
Así, “en 2017, aunque presumen que lograron un superávit primario del 1.4 por ciento del PIB, por primera vez en 8 años, también, por primera vez en 8 años, ya no crecieron los ingresos del sector público, que cayeron en 3.7 por ciento”.
Luis Pazos cuestiona: “Si EPN no corrigió estructuralmente, sólo maquilló, las finanzas públicas, en cinco años de su mandato, teniendo los recursos fiscales para hacerlo, por qué lo haría en su último año, cuando las graves consecuencias económicas de un gasto excesivo le tocarán capotearlas a un nuevo Presidente en 2019…”.
Y remata: “La herencia que dejará EPN será difícil y costosa de corregir…”.