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Conflicto postelectoral

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Como había hecho en noviembre de 1991, Andrés Manuel López Obrador encabezó un nuevo “éxodo” hacia la Ciudad de México, esta vez acompañado por más partidarios, para denunciar un nuevo fraude electoral en Tabasco.

La estrategia de Andrés Manuel López Obrador, pese al agandalle del gobernador interino Manuel Gurría, y del autoproclamado ganador de la contienda, Roberto Madrazo, seguía por la vía pacífica.

“Luego del fraude electoral teníamos que optar, podíamos desarrollar acciones, llevar a la práctica acciones más enérgicas de confrontación, la movilización ciudadana daba para eso, concentrar a miles de gentes y tomar la Quinta Grijalva o el Palacio de Gobierno, pero esa vía implicaba riesgos, aún cuando nuestro movimiento es pacífico había el riesgo de la confrontación permanente, por eso se optó por la vía de la movilización ciudadana pacífica con la resistencia civil, es decir, procurar en todo momento en todos los actos la no violencia”, explicó el dirigente perredista a los medios.

La primera estrategia de resistencia fue la movilización hacia el centro del país, que inició en Villahermosa el 24 de noviembre de 1994, tres días antes de que Madrazo Pintado recibiera la constancia de mayoría que lo convertía en virtual ganador.

En el libro Entre la historia y la esperanza (Grijalbo, 1995), Andrés Manuel evoca así la salida del “segundo éxodo”: “Ese día llegamos a Cárdenas alrededor de dos mil personas. Al día siguiente nos trasladamos a Coatzacoalcos, y el día 26 a San Andrés Tuxtla”.

Cerca de Catemaco, uno de los camiones de la caravana se queda sin frenos y provoca un trágico accidente: los perredistas Antonio Hernández Contreras, Diego Jiménez Morales y Andrés García Torres pierden la vida.

El martes 29 de noviembre, el segundo “éxodo” alcanza el Zócalo capitalino. Como dos días después tiene que tomar protesta como Presidente de México Ernesto Zedillo, éste envía a quien fuera su coordinador de campaña, Esteban Moctezuma, a negociar con el tabasqueño. Quien fuera secretario de Gobernación del gobierno priísta entrante de aquél entonces, paradójicamente ahora – 22 años después– será el titular de la SEP de AMLO.

La oferta era que si desalojaban el Zócalo para permitir la toma de posesión de Zedillo libremente, les recibiría en la Secretaría de Gobernación el 1 de diciembre. Y si lograban comprobar irregularidades en el 20 por ciento de las casillas, como marcaba la ley, se anularían las elecciones en Tabasco.

Los marchistas trasladaron sus improvisadas carpas al Monumento a la Revolución, confiados en que sus reclamos serían atendidos. En Tabasco, en tanto, los priístas no dieron muestras de querer transparentar la elección. Las autoridades electorales y el tricolor se negaron a proporcionar los documentos originales de las actas de escrutinio y los reportes de los funcionarios de casilla. El Tribunal Estatal Electoral rechazó los recursos de inconformidad del PRD, y el 13 de diciembre, el Congreso de Tabasco declaró a Roberto Madrazo, gobernador Constitucional.

Andrés Manuel pasó entonces a la segunda etapa de la resistencia pacífica. “Ante esta situación, decidimos actuar con responsabilidad, pero con firmeza. La consigna fue que todos estábamos dispuestos a ir a la cárcel. La gente respondió, y la protesta en las instalaciones de Pemex se extendió por todo el estado”, consigna en su libro.

Madrazo protesta como gobernador el primer día de 1995, sin la visita de Ernesto Zedillo. Será un año de protestas.

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