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Obrador mira a las Grandes Ligas

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CIUDAD DE MÉXICO,– Fue como una reunión en el dugout. En la cueva donde están los coaches. Donde se deciden las estrategias del juego. De donde salen las señales. Aún no hay peloteros, pero van por ellos. Los quieren formar. La mira es alta: llevarlos a las Grandes Ligas de Beisbol.

Encabeza la reunión el presidente electo Andrés Manuel López Obrador. El mánager. Junto a él, Jaime Bonilla, su amigo, senador electo de Morena y con quien comparte una pasión: el beisbol.

Bonilla, el mismo que invitó a López Obrador a presenciar el Juego de Estrellas de Grandes Ligas en 2016. Y en el que feliz, el tabasqueño difundió una fotografía con el Big Papi, legendario ya, en la lista de los 30 beisbolistas que han pegado más de 500 cuadrangulares en esa liga.

“Yo no los traje, yo nada más estoy de mirón, de colado”, contesta Bonilla al retirarse en la camioneta en que también van todas las estrellas que se reunieron con López Obrador en sus oficinas de Chihuahua 2016.

Con ellos, buena parte de los peloteros mexicanos que han hecho historia aquí y en Grandes Ligas. El primera base Adrián González, El Titán, apodado así por su enorme poder al bat. Hasta hace unas semanas, jugaba con los Mets de Nueva York. Antes, otros equipos: Bravos, Padres, Marlins, Rangers.

También su hermano, Édgar González, expelotero. Manager de la Selección Mexicana de Beisbol en el Clásico Mundial. Y David, su padre.

Presente en el dugout de López Obrador, Juan Gabriel Castro, el fildeador que consiguió en 1996 la hazaña de hacer un triple play con los Dodgers de Los Ángeles, lo que no había logrado el equipo desde 1949. Ya está en el récord de Guinness.

Jesús El Chito Ríos, el gran poncheador oaxaqueño. Legendario pitcher de Los Tigres de México. Hoy ya en el Salón de la Fama del Beisbol Profesional Mexicano.

Y los señores de cuadro del millón: Fernando Pulpo Remes (no es necesario decir el por qué de su apodo). Y Rubén Esquivias, primera base. De esos de guante de oro, sólo faltó Kiko Castro, el segunda base.

No menos relevantes en el dugout de López Obrador: Toño Cruz, Chicho Thompson, el Zurdo Ortiz, Carlos Buenrostro, César Alcaraz, Héctor García. Cierto, estrellas de la pelota. “Si fueran futbolistas sí los conocerían”, reclama un aficionado a este deporte que andaba por ahí.

Y sí. Ese es parte del reto. Relanzar al beisbol. Volver a colocarlo como el deporte que más profesionales exporta, como hace 20 años y más atrás. Ahora es el futbol, reconoce Ana Guevara, la próxima titular de la Comisión Nacional del Deporte, que también estuvo presente en el dugout, con los peloteros que la habrán de asesorar en esta encomienda.

Piden reforzar la masificación de este deporte. Termina la reunión en el dugout. Ya están los couches, la estrategia, las señales, pero faltan los peloteros. Van por ellos.

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