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Con toques de malta, agua, levadura y lúpulo, se crea la cerveza. Esta bebida natural embriagante que tiene sus orígenes en Mesopotamia, como se cree, hace más de siete mil años, mismo lugar de donde se originó la escritura por los sumerios, este último para expresar gráficamente el significado de la realidad, y la primera, capaz de hacer más fluida la interacción social debido a sus efectos en el cerebro humano, que en exceso, no es tan benéfico.
“La malta puede ser de distintos cereales, pero la más popular es la cebada, ya que ningún otro es tan eficiente como la cebada. A pesar de que se puede obtener cereales malteados a partir de trigo, maíz, avena y centeno, la cebada tiene un alto contenido de almidón, lo que genera más azucares, y por lo tanto es mucho más fácil el proceso cervecero”, como lo expresa Cerveceros de México en La importancia de la cebada en la cerveza mexicana.
Pero no importa, siempre y cuando se tenga medida en el consumo de esta bebida, pues es tan importante, que el día de hoy, se celebra el día internacional de la Cerveza. México, por su parte, funge como el cuarto país productor de este elixir, pero lo más importante, es que esta nación se ubica como el primer exportador de la “chela” como se conoce popularmente en el dialecto mexicano.
“México exportó 2 814 millones de dólares de cerveza en 2016 e importó 201 millones de dólares. Esto equivale a 3 223 millones de litros exportados y 253 millones de litros importados. La diferencia entre lo que se exporta e importa es cada vez mayor, ampliándose
el superávit comercial, alcanzando los 2 614 millones de dólares en 2016”, así lo informa Cerveceros de México.
Mientras que en el 2017 se exportaron 33 millones de hectolitros hacia el extranjero, igual, de acuerdo con datos de Cerveceros de México.
