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20/12/2019 14:27 / Centro, Tabasco
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”.
Mateo 2:1-2
Si nacer en una ciudad como Villahermosa es complicado en cualquier época del año, imagínense lo que es nacer en una fecha como la noche del 24 de diciembre. No obstante, incluso en tales circunstancias, siempre habrá alguien dispuesto y calificado para traer al mundo a un niño. Aunque ello le obligue a hacer la celebración a un lado, dejando a la propia familia con la copa en la mano.
Un paramédico, por ejemplo.
“Mi papá se llama Rosendo Antonio Martell Macías. Él es médico anestesiólogo, actualmente está jubilado, tiene más de 50 años en la Cruz Roja como voluntario. Desde muy joven le interesó esa labor altruista y al mismo tiempo que estudiaba medicina se metió de voluntario. Empezó en la CDMX, y cuando nos venimos a Tabasco continuó esa labor… Cuando llegó no había un cuerpo de socorristas. Entonces él reunió a un grupo de muchachos y juntos formaron el primer cuerpo. De ahí en adelante fueron evolucionando y ahora ya hay una escuela de paramédicos”.
Estamos de pie frente a la base de la Cruz Roja en la calle de Sandino 716. Luz María Martell, hija de uno de los fundadores de esta institución en Tabasco, nos cuenta cómo fue para ella y para su familia crecer con un padre cuya labor lo mantuvo alejado de los festejos durante décadas.
“La vida familiar fue difícil… quienes tienen un familiar que es médico saben que por su compromiso, para ellos no hay día festivo, no hay Navidad… y si a eso le sumas que mi papá los días que sí tenía libres, él voluntariamente acudía a la Cruz a hacer sus guardas, pues se tenía que ir”, señala.
“Desde chiquitos nos dimos cuenta de que teníamos que cenar muy temprano (en Navidad) porque a más tardar a las diez y media u once mi papá agarraba su uniforme y se iba a la roja a hacer sus guardias. A nosotros sí nos causaba conflicto porque queríamos estar como las demás familias, queríamos convivir, estar en la sobremesa, en la fiesta… y pues sí cenábamos juntos, pero a esa hora mi papá se iba a la Cruz y no había poder humano que le hiciera cambiar de opinión, tanto el 24 de diciembre como el 31…
“Todo cambió un poco cuando nosotros nos casamos, cuando queríamos convivir pero ya con la familia extendida, que él disfrutara a los nietos, entonces ahí otra vez le decíamos; papá quédate hoy, ya no vayas a la Cruz. O bien: vete el 24, ¡pero ya no vayas el 31!
“En el 2011, nos pusimos de acuerdo mis hermanos y yo. Queríamos tener una Navidad en familia, decidimos hablar con mi papá y pedirle que por favor ese 24 no fuera a la Cruz, que por favor estuviéramos juntos… a regañadientes aceptó. Le pedimos que no llevara el radio, que no contestara el teléfono… Queríamos estar al cien por ciento con él, porque desgraciadamente mi mamá ya falleció y él es el único que nos queda. ¡Dijo que sí! Todo transcurrió normal. Cenamos, convivimos… pasaron las 12 de la noche, y para nosotros era que ya lo habíamos logrado… pero como a la una y media de la mañana recibió una llamada. Era de la Cruz Roja. Le pedían de favor de que viniera a atender una emergencia. Mi papá, consternado, nos dijo: ¿Saben qué? me tengo que ir, porque necesitan de mí…
Don Rosendo Martell se disculpó con su familia. Alguien necesitaba de sus conocimientos y su ayuda.
“Se fue, ya no regreso… al día siguiente veo una foto en el facebook donde mi papá está ayudando, cargando a un bebé, y ahí explican que ayudó a atender un parto… “Ya después platicando con él, nos comenta que cuando nos prometió que no iba a venir a la Cruz Roja, él mismo vino a avisar que por ninguna circunstancia le llamaran porque iba a estar con su familia. Pero ese día había muchos partos. En el Hospital de la mujer estaba copado, no se daban a basto. Le sugirieron que buscara otra opción, y pues vino a la Cruz. En aquel entonces sí daba atención médica, pero sólo había dos paramédicos, y un médico pero era recién egresado y no tenía la suficiente experiencia por si surgía una complicación…
“En la foto se ve que mi papá está todavía en mangas de camisa porque no le dio tiempo de cambiarse, la señora estaba por dar a luz y mi papá llegó a tiempo gracias a Dios no tuvo complicaciones. Como hijos nos quedamos pensando, ya no vamos a volver a pedirle que deje eso porque es parte de su vida, qué mejor que en Navidad, quienes somos creyentes y celebramos el nacimiento de Cristo. Qué bueno que ayudó a una persona… me pareció propicio porque qué mejor anécdota que alguien que sirve a los demás y ayuda a alguien que no conoce…
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.
Juan 1:14