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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Este lunes, el amanecer volvió a ser hostil en amplias zonas del Estado de México. Heladas severas y bancos densos de niebla marcaron el inicio de la jornada en regiones altas, donde el termómetro descendió hasta los menos cinco grados centígrados.
Para cientos de familias, el frío no es una cifra en el pronóstico, sino una realidad que se cuela en las casas, daña los cultivos y convierte los traslados diarios en un riesgo permanente.
Desde muy temprano, automovilistas reportaron visibilidad casi nula en tramos carreteros, donde la combinación de humedad, neblina y pavimento frío ha provocado derrapes y percances menores.
“No se ve a más de unos metros, el camino está mojado y el hielo se siente en las llantas”, relató un conductor que transita diariamente por zonas montañosas del centro de la entidad.
El contraste térmico agrava el problema. Aunque por la tarde se esperan temperaturas más templadas, el ambiente frío persiste y se acompaña de lluvias o chubascos aislados, lo que mantiene el riesgo en caminos y zonas urbanas. Habitantes de comunidades rurales advierten que las heladas ya comienzan a afectar siembras de temporal y a dañar tuberías expuestas, un golpe directo a economías familiares ya debilitadas.
Protección Civil ha emitido recomendaciones, pero vecinos señalan que estas llegan tarde o se quedan en el papel. “Nos dicen que nos abriguemos y tengamos cuidado, pero aquí el frío pega todos los años y no hay apoyos”, reprocha una madre de familia en una zona serrana.
