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Por Jorge Gómez Naredo
@jgnaredo
El miércoles, durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, se anunció un incremento en la matrícula en las universidades públicas de más de 330 mil espacios.
Las universidades que ampliarán su matrícula son la Universidad Rosario Castellanos (150 mil espacios), la Universidad de la Salud (25 mil espacios), las universidades para el bienestar Benito Juárez García (40 mil espacios), el Tecnológico Nacional de México (85 mil espacios) y el Instituto Politécnico Nacional (30 mil espacios).
Esta es una muy buena noticia. Durante los gobiernos neoliberales, es decir, del PRI y del PAN, la educación pública se fue rezagando.
No se invirtió en ella lo suficiente. Además, se creó una falsa percepción de que quien no era admitido en la universidad era incapaz para estudiar.
A quienes no ingresaban en las universidades les llamaban “rechazados”. Dicho término, además de peyorativo, tenía un impacto muy negativo en las personas que no eran admitidas en el sistema educativo superior.
Parecía que quienes no ingresaban a la universidad pública eran porque no eran aptos para ella, cuando en realidad no entraban porque no había cupo suficiente debido a la poca inversión del gobierno.
La mayoría de los “rechazados” no sólo tenía la capacidad de estudiar y titularse. Con el duro golpe de ser conceptuados como “rechazados” o “no admitidos”, miles de jóvenes se desilusionaban y ya no lo intentaban. O, en ciertos casos, acudían a escuelas privadas, las cuales aumentaron su matrícula (y sus ganancias) al amparo de la incapacidad del Estado para proveer educación pública a todas y todos.
Con el anuncio que hizo hoy desde la mañanera Mario Delgado, el secretario de Educación de Claudia Sheinbaum, se comienza a saldar una deuda pendiente del Estado con miles y miles de jóvenes. Bien por eso. Es una muy buena noticia.
