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M. FERNANDA LIMÓN.
INFIERNO:
Y cuando desperté estaba allí todo el mundo. Estaban también, todos los siglos; los vimos desfilar uno a uno conforme iban cayendo misiles. La mañana del pasado 7 de octubre al otro lado del mundo se observó el séptimo círculo del infierno del que tanto nos habló Dante, se dejaron llevar por la violencia contra su prójimo y sumergieron a sus pueblos en el río de sangre hirviente Flegetonte. El mundo había cambiado nuevamente, cambió como el 24 de febrero de 2022 cuando Rusia invadió Ucrania, cambió como el 6 de octubre de 1973, cuando inició la Guerra de Yom Kipur, cambió como el 1 de septiembre de 1939; al iniciarse la Segunda Guerra mundial. Ahora también será referencia el 7 de octubre de 2023 y recordaremos que la escalada de violencia comenzó con el lanzamiento de cohetes por Hamás contra Israel y que, por su parte, Israel respondió bombardeando cientos de objetivos en la franja de Gaza.
Nadie con el mínimo sentido común se atrevería a decir que los actos de este grupo de terroristas (Hamás) está justificado, ni podrías no condenar las atrocidades que han estado cometiendo contra y lo pongo en negritas, contra la sociedad, tendríamos que entender que más allá de las naciones estamos quienes las habitamos, en este caso en particular, mi reflexión va encaminada a lo siguiente, decía Hemingway en su libro “Por quién doblan las campanas” que, la muerte de cualquier hombre nos disminuye porque estamos ligados a la humanidad; y por consiguiente, nunca deberíamos preguntar por quién doblan las campanas: porque doblan por ti, doblan por todos.
Por días hemos escuchado expresiones de apoyo hacía la comunidad judía, hemos escuchado tibieza, hemos escuchado opiniones varias, que si Israel opresor, que si Palestina, que si uno es bueno, que si el otro es malo y viceversa; nos hemos postrado en el sexto recinto del Malebolge, representando de manera muy pobre a los miembros del Sanedrín.
PURGATORIO:
Lo cierto es que, quienes estamos a miles de kilómetros de distancia podremos seguir deambulando por las siete terrazas del purgatorio, eximiendo nuestras culpas y penurias, tratando de encontrar un equilibrio moral; y mientras nosotros nos rasgamos las vestiduras por tratar de tener la razón en algo de lo que jamás tendremos un conocimiento pleno, porque no somos ni palestinos, ni israelís, ni vivimos en la zona, ni conocemos al cien por ciento la realidad de ambos pueblos; nos hemos olvidado de que más allá de dar razones se trata de hacer conciencia, de analizarnos como humanidad, preguntarnos porque ayer se trataba de Rusia y Ucrania y porque hoy se trata de Israel y los que sigan.
La diferencia de pensamiento, religión, ideología política, etc. Es lo que nos ha forjado como sociedad y nos mantiene en equilibrio, pero en ocasiones nos olvidamos de que todos formamos parte del mismo mundo. No hay que ir hasta medio oriente para hacer hincapié en que la unidad de las naciones y de quienes vivimos en ellas, nos dará la paz que todos estamos buscando.
En México casi a diario despertamos doblados por el peso de enormes piedras de orgullo en nuestra espalda, nos dividimos unos a otros entre chairos, fachos, fifís, derecha, izquierda, neoliberal, pueblo bueno, no nos hemos dado cuenta o pensamos que a nosotros no nos va a pasar, pero no nos olvidemos de que pertenecemos a la misma nación.
Sra. Xóchitl, Sra. Claudia, no olviden que está en sus manos la unidad y la paz de nuestra nación, nadie gana la paz, haciendo la guerra, porque las campanas doblan por ti, doblan por todos.
PARAÍSO:
¿Por quién doblan las campanas?, pregunté –
– Doblan por ti, doblan por los niños, doblan por ellas, doblan por ellos.
¿De que murió?, volví a preguntar-
– Murieron como todos los niños sin preguntar de qué y por qué morían. Periodistas extranjeros hicieron cola para ver a las primeras señoritas muertas, los perros ya no ladraban, la sangre corría.
¿Palestino o israelí? Ninguno de ellos escuchó esa pregunta al ascender al Empíreo, sus almas añadieron más pétalos a la rosa de Dante, todas ellas han conocido el paraíso.
*En memoria de todas esas almas que hoy están con su Dios, cualquiera que este sea.