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Jorge Gómez Naredo
Los medios de derecha no presumieron imágenes con tomas abiertas. Puras cerradas, donde no se aprecia la magnitud de la concentración. Como que no querían que se viera que el mitin de ayer para celebrar “el triunfo” de Xóchitl Gálvez de la candidatura de la oposición a la presidencia había sido un fracaso.
Pero el mentado “triunfo” en realidad no fue triunfo. Xóchitl no ganó, sino que la impusieron. Le fueron quitando contrincantes. Fueron dejando en claro que ella iba a ser la candidata sí o sí. Por eso se fueron retirando de la contienda a Lilly Téllez, Santiago Creel, Enrique de la Madrid, y a los demás. Todos sabían que Xóchitl ganaría a las buenas o a las malas.
La única que duró casi hasta el final fue Beatriz Paredes. Y subió tanto que había la posibilidad de que ganara. Por eso decidieron bajarla, y a la mala. Fue el propio dirigente del PRI, Alejandro Moreno, quien dijo que ella no sería. Con mentiras, afirmó que las encuestas no la beneficiaban, y prácticamente le ordenó que se desistiera. Ella no quería, pero tanta fue la presión que aceptó.
Así pues, Xóchitl no ganó, sino que la impusieron. Y el mitin que ayer realizaron para “celebrar” su triunfo en realidad fue un mitin donde se celebró la imposición.
La cuestión es, ¿quién les dijo que podían juntar a mucha gente en el Ángel de la Independencia y así mostrar músculo? ¿Quién los convenció de que sería buena idea “celebrar” el triunfo de Xóchitl Gálvez? ¿De verdad pensaron que la gente iría a apoyarla y a decir que estaba feliz de que hubiera sido “elegida democráticamente”?
Lo que mostraron ayer los de oposición, en lugar de “músculo”, fue una enorme debilidad. La oposición está destinada al fracaso: está conformada por partidos que son odiados por la gente, y eligieron a una candidata a la presidencia que, por más dinero que le han metido, no levanta: no logra colocarse como una persona cercana a la gente, que dice la verdad, que está con el pueblo.
Se les vienen momentos muy complicados a los de oposición. Serán meses donde cada vez se desmoronen más, y donde cada vez salgan más y más humillados. Como ayer.
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