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Jorge Gómez Naredo
El presidente no escuchó
El miércoles pasado, al finalizar la conferencia de prensa matutina presidencial, varios reporteros gritaron desde el fondo y le preguntaron a Andrés Manuel López Obrador qué pensaba de la desaparición de 5 jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco.
El mandatario no escuchó las preguntas, pues había barullo y desde las últimas filas del salón tesorería, de donde provenían los gritos, es complicado entender qué se dice. Ante eso, dijo “no oigo”, y como no entendía lo que se le planteaba, el mandatario contó una anécdota, y se fue.
Inmediatamente después de esto, hubo una campaña en redes sociales y en medios de comunicación para afirmar que el presidente no había querido pronunciarse sobre los lamentables hechos en Jalisco, y que incluso se había burlado de los jóvenes desparecidos.
Por ejemplo, Pascal Beltrán del Río, director editorial del periódico Excélsior, afirmó que López Obrador había contado “un chiste como respuesta a la tragedia”. En redes sociales, se dijo que el presidente era insensible, y que había sido imperdonable lo que había hecho.
Estas aseveraciones omitían varias cuestiones. Es complicado escuchar cuando hay un griterío, y cuando la persona que pregunta está lejana. El presidente simplemente no escuchó lo que le decían, y por eso dijo “no oigo”.
Ahora bien, hay una cuestión que es fundamental y que la andanada mediática en contra de AMLO no mencionó jamás: el presidente siempre responde a las preguntas que le hacen. Lleva casi 5 años contestando, de lunes a viernes, todos los cuestionamientos. ¿Por qué habría de evadir uno? ¿Por qué habría que contar una anécdota como respuesta a un tema sensible para todos los mexicanos? Simplemente no escuchó.
Pero los medios cercanos a la derecha montaron un show. Usaron la tragedia sucedida en Lagos de Moreno para golpear al Presidente, y lo hicieron de forma vil: inventando, mintiendo, tergiversando información.
Pero así actúan los medios de la derecha. Y es, además de lamentable, indignante.
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