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Ana María Vázquez
Durante sexenios nos acostumbraron al saqueo, al despojo, a aplastar y matar para hacerse de territorio, los bienes y servicios de la nación fueron expropiados y vendidos en “paquetes”. Así, se comenzó en 1985 con 80 empresas que significó la privatización y/o cierre de 236 sociedades de todo tipo, rematadas al mejor postor; los regímenes posteriores continuaron; bancos, ferrocarriles, líneas aéreas, LUZ Y FUERZA, PEMEX… todo con el mismo pretexto: “sanear las finanzas públicas”.
En 1993 Ricardo Salinas “gana” la compra por 645 millones de pesos de 3 canales nacionales, 2 activos y uno sin explotar. Peña Nieto fue el último que se negó a defender lo nuestro, privatizando PEMEX, siguiendo el ejemplo de sus antecesores, provocó la deliberada quiebra para tener el pretexto y rematarla. Uno de los casos emblemáticos fue el de Mexicana de Aviación que, junto con Aeroméxico, proporcionaron con su “venta” los fondos para las campañas de Fox y Calderón. Nos habíamos quedado prácticamente sin nada.
A partir de 2018 el presidente López Obrador ha hecho algo más que “sembrar vida”, ha sembrado esperanza que ya comienza a dar sus frutos, se llaman: Tren Maya; recuperación de la emblemática marca MEXICANA de aviación; Corredor Transítsmico; tipo de cambio al momento de escribir esta columna: $16:63; Dos Bocas; Deer Park; caminos; AIFA; estabilidad económica; nula cuesta de enero; nula devaluación o deslizamiento; CFE; reforma educativa que invita a pensar y no a memorizar; Banco del Bienestar; aumento en pensiones; aumento al salario mínimo; Aeropuerto de Tulum; reserva ecológica de Tulum; modernización de 14 plantas hidroeléctricas y un largo etcétera que ocuparía toda la columna.
En menos de cinco años, si contamos la pandemia, el país tiene “sembrada esperanza” que ya comienza a dar frutos; el neoliberalismo trató de aniquilar a nuestro país, destrozando cultura, alimentación, tradiciones, recursos, manipulando a través de los medios masivos para que no vieras o no te importara el saqueo, la devaluación, el hacerle un agujero más al cinturón…nada.
Hoy un hombre de Macuspana, le está devolviendo al pueblo la esperanza, y de paso…lo robado.
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