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Las medidas en contra la empresa de boletos Ticketmaster no dejaron satisfechas a las personas que no pudieron acceder al estadio azteca para el show.
Redacción Grupo Cantón.
Sobre la polémica de boletos que vendió y cobró Ticketmaster del show de Bad Bunny los días 19 y 10 de diciembre, Ricardo Sheffield, titular de la Procuraduría del Consumidor, resolvió como por arte de magia el grave problema: la empresa regresó el importe del boleto duplicado, más un 20% por compensación a cada uno de los damnificados y los ejecutivos de la empresa, felices porque no tuvieron más que entrevistarse con Sheffield Padilla y charlar con la cortesía de un diplomático en vez de fincar merecida infracción a Ticketmaster.
Informado por la propia Procuraduría, hubo 110 personas que presentaron demanda formal en contra de la empresa, número suficiente para que el procurador los hubiera orientado y llevarlos al jurídico en las oficinas centrales de la Procu y presentar una demanda para darle seriedad jurídica al caso e imponer una infracción económica a Ticketmaster, por los daños causados a los usuarios.
No es suficiente la información que dio el señor Sheffield a los más de dos mil frustrados, que no pudieron ver el show de Bad Bunny: rembolso de importe del boleto más un 20% que no resarce los gastos que implicaron comprar boleto, desplazarse al Estadio Azteca, algunos desde ciudades de provincia y no poder entrar por un problema técnico de la empresa, que no le importa al usuario.
Esta tibieza del procurador Sheffield no le ayuda a sus aspiraciones políticas, quien ha dado muestra de que carece de activo político al fracasar como aspirante a la presidencia municipal de Querétaro, pero muy hábil, aseguró regresar a su puesto.
Ahora tiene aspiraciones a la gubernatura de Guanajuato, ah, pero puede repetir la fórmula. Si vuelve a fracasar, buscará que le regresen a su cargo de procurador. ¡No es político, pero si hace magia!
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