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Al ser declarado huésped distinguido de la Ciudad de México, Evo Morales, expresidente de Bolivia, expresó que su “delito” es ser el primer presidente indígena de su país, aplicar programas para los más humildes y reducir la pobleza.
Agradeció la distinción que, dijo, es un gran aliento para su pueblo, además de inédito e histórico, por lo que la dedicó a sus “hermanas y hermanos” que se siguen movilizando en defensa de la democracia y de sus derechos; insistió en un diálogo nacional para pacificar a Bolivia.
“Sólo se garantiza la paz cuando hay justicia social, sin justicia social no va a haber paz. Sólo para mí, en mi experiencia… sólo va a haber paz cuando se respete la soberanía y la independencia de los Estados; va a haber paz cuando se garantice la dignidad y la identidad de los pueblos del mundo”, aseveró.
“La paz no se garantiza con intervenciones militares, estamos convencidos”, dijo al señalar que en la Organización de las Naciones Unidas los presidentes de Estados Unidos hablan mucho de esa palabra.
En medio de aplausos, sobre todo de los legisladores de Morena, y tras destacar los logros de su gobierno en Bolivia, expuso que por esas políticas y programas sociales la derecha y los grupos que ostentan el poder económico “no nos perdonaron”.