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Por su parte, Alfonso Durazo Montaño, titular de la SSPC, reconoció que la “primera versión, equivocada, que se difundió sobre este evento, se hizo sobre la información que en ese momento recibió el Gabinete de Seguridad y con toda transparencia y honestidad, fue corregida en la medida que fuimos recibiendo información que representaba la realidad de los acontecimientos”.
Destacó que “en la decisión de retirarnos del inmueble, ya controlado, en el que se encontraba el presunto delincuente, privó una razón que de tan profunda, se convierte en razón de Estado. Lo que pudo haberse convertido en un episodio de guerra y derramamiento de sangre inocente, se resolvió privilegiando el retorno a la paz y la tranquilidad de la población”.
El funcionario expresó que “convencidos de que la violencia siempre pierde, así gane la primera batalla, decidimos no continuar con la idea conservadora de la guerra contra el narco. Esa estrategia belicista no solo alentó la espiral de la violencia desde el poder público si no que las propias instituciones de seguridad se convirtieron en protagonistas de esa violencia, como pudo haber sucedido en Culiacán”.
Entre otros puntos estratégicos de la política de seguridad destacó: terminar con la corrupción, con énfasis en corporaciones policiales y militares, ministerios públicos, juzgados y otras instancias de seguridad pública y de procuración e impartición de justicia; garantizar empleo, educación, salud y bienestar.
También la incorporación del conocimiento del pleno respeto y promoción a los derechos humanos en los procesos de formación de personal para las corporaciones policiales, navales y militares; la regeneración ética de la sociedad, que es imprescindible para apuntalar la estrategia de seguridad.
Enfatizó sobre la creación de la Guardia Nacional que debe ir acompañada del fortalecimiento de las policías municipales y estatales. Esta iniciativa complementaria se enmarca en el Nuevo Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica; la desaparición del Cisen y creación del Centro Nacional de Inteligencia como un órgano de inteligencia de Estado.
El responsable de la seguridad pública en el país aseguró que para garantizar el éxito de estas estrategias generales y específicas planteadas en la Estrategia Nacional de Seguridad Pública se parte de un consenso básico, considerar a la seguridad pública como un espacio de neutralidad política e ideológica que facilite la construcción de consensos.