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Ahora que tomó posesión Omar Hamid García Harfuch, como nuevo shaka de la tira en Chilangolandia, llegó la hora de actuar con mano dura en contra de los malandros, pues por andar teniendo consideraciones con ellos es que se les treparon a las barbas a las autoridades.
El nuevo mandamás de la SSC sabe qué transa con la delincuencia y su forma de operar en las distintas alcaldías, pues como jefe de la Policía de Investigación les dio golpes contundentes a importantes grupo criminales y no le tembló la mano para hacerlo, por lo que pongamos chonguitos para que siga en ese plan y poco a poco se vayan mermando los embates de la delincuencia.
Será muy importante de García Harfuch les ponga un estate quieto a los jefes de sector y los obligue a hacer labores de inteligencia y a perfeccionar el sistema de cuadrantes, pues durante la gestión de Jesús Orta nos dieron atole con el dedulce, ya que los azules tenían la obligación de ponerse a las órdenes de los ciudadanos y no lo hicieron por sus calzones, pese a que se echó a andar una campaña para fomentar esa intercomunicación entre vecinos y la policía, pero los uniformados no quieren comprometerse.
Lo cierto es que los chilangos quieren resultados en materia de seguridad en K-5 (o sea en chinga) y para eso es fundamental darle prioridad a la estrategia de seguridad a través de los 847 cuadrantes en que está dividida la CDMX.
