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Ciudad de México.– En la temporada pasada los Baltimore Ravens tenían planeado llevar poco a poco a Lamar Jackson, para ellos un diamante en bruto que buscarían pulir para sustituir al legendario Joe Flacco, que los llevó a ganar su único Super Bowl en 2012, y quien no está más en el equipo.
Sin embargo, una lesión de Flacco a mitad de la temporada pasada apresuró el experimento del head coach John Harbaugh, y tuvo que mandar al ruedo a Jackson con la premura de alcanzar los Playoffs, en los que perdieron en la Ronda de Comodín ante Los Angeles Chargers.
A pesar de que el joven mariscal de campo no tuvo resultados negativos, pues con él en los controles los Cuervos tuvieron marca de seis ganados y un perdido, su actuación dejó muchas dudas, dado que mostró más aptitudes para acarrear el balón que para pasarlo. Y para esta temporada, la franquicia adquirió en la agencia libre a Mark Ingram II y en el Draft seleccionó a MarquiseBrown, con la intención de brindarle más armas por la vía área a Jackson, y no sea tan predecible a la hora de mover el ovoide.
El otro lado de la línea, tal vez el área más fuerte históricamente del conjunto de Baltimore, sufrió fuertes bajas con las salidas de Terrell Suggs, C.J. Mosley, Za’Darius Smith y Eric Weddle, por lo que su desempeño esta campaña será una incógnita.
Earl Thomas llegó para brindarle seguridad en la secundaria y un liderazgo a una defensiva mermada, por lo que el experimento de Harbaugh tendrá que rendir frutos pronto, o su permanencia con los Ravens podría ponerse en duda, tras 11 años en el cargo.
