Visitas
Siempre en fin de semana vale la pena visitar el Centro Histórico de Tlalpan, no se gasta mucho y se tiene una visión distinta de la ciudad. El Centro Histórico de Tlalpan se comenzó a tejer desde que se levantó el convento e iglesia de San Agustín de las Cuevas y el Palacio Municipal, a su alrededor se construyeron grandes casonas que con el tiempo se transformaron en conventos modernos o escuelas privadas, pero que alrededor del jardín queda la panadería, la cantina, la nevería, el museo, la iglesia y una vieja casona, hoy centro cultural, y enfrente están los portales con restaurantes y cafeterías.
El jardín con su quisco evoca la época de don Porfirio Díaz, reafirmando la percepción de la casa llamada de los Frissac, que muchos creen fue del suegro del personaje legendario, llamado Chucho el Roto, no fue así, pero le da ambientación mítica al centro, ahora, ahí se dan funciones de teatro o exposición, sobre esa misma acera hay pequeños restaurante donde beber un mezcal, un museo de antigüedades como relojes o radios antiguos, en una esquina del jardín está el árbol del ahorcado, se dice ahí fueron colgados la gente que se opuso al gobierno de Maximiliano.