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Sospechas de tráfico de colmillos de marfil en Parque de Nuevo León

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El Parque la Pastora es uno de los destinos recreativos más atractivos para los regiomontanos; la razón es porque en su interior alberga un zoológico del cual la elefanta Pancha y su cría Monty eran uno de los principales atractivos.

Lamentablemente, al mes de iniciada la nueva administración del Parque –a cargo de Roberto Chavarría Gallegos–, la elefanta Pancha murió repentinamente, trascendiendo que la causa del deceso fue un cólico por la ingesta del alimento. Semanas después, la administración del parque informó que una cría de cebra de apenas 3 meses de edad, falleció a causa de una patada que la madre del animal le habría propinado de manera accidental.

Sin embargo, fue el caso de la elefanta Pancha el que causó polémica, a raíz de una solicitud de la diputada Ivonne Bustos –del Partido Verde Ecologista de México– al gobernador Jaime Rodríguez Calderón, para que removiera del cargo al titular de Parques y Vida Silvestre por incompetencia para ejercer el cargo, lo que desató una serie de interrogantes acerca del destino del cuerpo del paquidermo.

En distintos foros, Roberto Chavarría, titular de Parques y Vida Silvestre, ante los cuestionamientos de la diputada sobre la disposición final del cuerpo, incluyendo los colmillos y piel del elefante, comenzó a dar explicaciones contradictorias que causaron la molestia social.

El reclamo de la legisladora Ivonne Bustos Paredes apunta hacia un mal manejo de especies silvestres, y a la falta de protocolos del zoológico ante el deceso de las especies que habitan el Parque La Pastora.

Y es que el Director del Parque cayó en contradicciones sobre el destino que tuvieron los colmillos, primero afirmó que los había entregado a la Profepa, situación que fue desmentida por la autoridad federal, y posteriormente dijo que estaba por entregarlos a la Universidad Autónoma de Nuevo León y días después aparecieron en la oficina del funcionario encima del armario.

Especialistas señalan que los colmillos fueron extraídos como si lo hubiera realizado un cazador furtivo y no de la manera apropiada con fines de estudios científicos.

Falta aún por esclarecer el destino de la piel y el lugar en donde enterraron el cuerpo.

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