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El actor Pablo Lyle vive crisis de dimensiones serias y fatalistas, a medida que se acerca el 11 de julio, cuando tendrá que comparecer ante los Tribunales de justicia de la ciudad de Miami, en Florida, para ser juzgado por el crimen de homicidio imprudencial del ciudadano Ricardo Hernández, en dicha ciudad.
Estos son los problemas que están haciendo crisis en él: la deuda por el alquiler del departamento donde se encuentra cumpliendo arresto domiciliado, el pago del localizador que tiene adherido a su cuerpo, la negativa de las autoridades a su petición para tener libertad condicionada para trabajar en México y buscar los recursos para pagar los costos generados durante el juicio.
Todo esto ha hecho estragos en el ánimo del actor e influye en su decisión de quitarse la vida antes que ir a la cárcel.
