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El sistema de cuadrantes que implementó el mandamás de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta Martínez, deja mucho que desear pues sus subordinados lejos de inhibir a los delincuentes los ven pasar una y otra vez frente a sus narices y no hacen nada.
Esto tal vez porque los jefes de sector tienen la consigna de hacer las menos puestas a disposición posibles para hacerle creer al shaka de la tira que todo está en orden y salir bien calificados semana a semana, por aquello de que ya le dieron cuello a dos que tres que salieron con malas calificaciones.
De qué sirve que las patrullas estén paradas 24 horas en determinados puntos de las alcaldías más peligrosas, si los tripulantes están papando moscas; en las noches uno duerme dentro de la maruca y el otro está con su cel matando el tiempo.
Orta debería imitar a su homólogo de Neza York, Jorge Amador, quien sí trae al pex a su polis y los hace responsables de las manzanas que cuidan; inclusive los ciudadanos identifican a la patrulla y los uniformados de su cuadrante y tienen el número de su cel para cualquier emergencia.
