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CIUDAD DE MÉXICO.– Claudia Sheinbaum Pardo sigue los pasos del presidente Andrés Manuel López Obrador, y sin hacer tanto ruido, desde que arrancó su jefatura de Gobierno, empezó a corregir errores de pasadas administraciones, como lo ha venido haciendo el tabasqueño a nivel federal.
“Mañana (hoy) cumplimos 100 días de gobierno y créanme, estoy dedicada en cuerpo y alma para regresar la ciudad de la esperanza que nos heredó Andrés Manuel López Obrador”, aseguró apenas ayer.
Así, desde el primer día, exhibió y cortó las estructuras de corrupción en algunas instituciones del gobierno capitalino. Por ejemplo, en su momento señaló que los experredistas Miguel Ángel Vázquez y Antonio Paz –subsecretarios de Capital Humano en la pasada administración de Miguel Ángel Mancera–, tenían en la nómina a 50 familiares y amigos.
Al igual que AMLO, Claudia adelgazó también la “alta burocracia”, que había crecido a niveles escandalosos. Y eliminó 1 mil 700 plazas, lo que significa un ahorro de poco menos de 2 mil millones de pesos, además de retirar a 1 mil 400 policías que cuidaban a empresarios y funcionarios, mismos que ahora cuidan a la ciudadanía.
La austeridad republicana que enarbola el Presidente López Obrador se replica con Sheinbaum Pardo en la Ciudad de México. Desde el 5 de diciembre del año pasado, se terminaron los privilegios en el Gobierno capitalino. Los servidores públicos capitalinos tienen ahora salarios acordes a sus funciones, y ninguna gana más que el Ejecutivo federal.
Y la mayoría de esas acciones, se traducen en ahorros significativos, recursos que ahora se destinan en obras prioritarias y programas de Gobierno y sociales… tal como sucede en el Gobierno federal de AMLO.
CIEN DÍAS DE TRABAJO SIN DESCANSO
Una Ciudad de innovación y derechos, dio inicio el pasado 5 de diciembre de 2018, con la llegada de Claudia Sheinbaum a la jefatura de Gobierno. El abandono total de la Ciudad de México requirió medidas contundentes de seguridad, programas sociales claros y sin simulaciones, de reeducación a los capitalinos y de cero tolerancia a la corrupción, compadrazgos, amiguismos y nepotismo.
La jefa de Gobierno de la CDMX, decidió tomar el toro por los cuernos, para retomar el control de la capital, sin excusas ni pretextos, apostando a los cuadrantes para reducir los índices delictivos en la ciudad.
Siguiendo el ejemplo del presidente Andrés Manuel López Obrador, la jefa de Gobierno trabaja los siete días de la semana, y ha dado prioridad a las obras públicas, en sus primeras acciones.
Y desde el primer día como jefa de Gobierno, mandó quitar el blindaje de las puertas de la oficina, e inició su política de puertas abiertas. Así, cuatro días a la semana, de 6 a 7 de la mañana recibe a 50 ciudadanos que le llevan propuestas, inquietudes o quejas, atendiéndolos personalmente en las audiencias públicas.
Otra característica que distingue a su administración, es que todos los días, también por la mañana, se reúne con el secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta, y con el director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, Rafael Carmona, dos de los temas torales en la capital.
Atrás quedó el dispendio y se dio la bienvenida a la austeridad republicana dictada por el Presidente de la República. Se acabaron los escoltas y los autos oficiales con escoltas. Sólo los funcionarios que tengan que ver en tareas de justicia, utilizan custodia, como sucede a nivel federal. Incluso la misma Sheinbaum utiliza el Metro para transportarse de su casa al Palacio del Ayuntamiento, por lo menos dos veces a la semana.
Es el Gobierno de Claudia a cien días de trabajo, siguiendo los pasos y lineamientos de la 4a Transformación de AMLO.