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POLIGRILLA MEXIQUENSE
Pablo Cruz Alfaro
La operatividad del municipio de Naucalpan camina a paso lento, los egos de funcionarios pueden más que las necesidades municipales. La soberbia con que se manejan estos, es francamente insultante, sin razones de peso, los eruditos que llegaron a encabezar dependencias decidieron de un plumazo que la gente que laboró en la pasada administración no es confiable y la tienen sentada sin asignarle ninguna responsabilidad, pero cubriendo puntualmente sus salarios.
Acusaron al autoritarismo de Manuel Espino Barrientos, quien en complicidad con el Sindicato Único de Trabajadores al servicio del Estado y Municipios (SUTEyM) sección Naucalpan, trasgreden los derechos de los trabajadores.
Muchos de los empleados desperdiciados, han acusado la falta de sensibilidad de los nuevos funcionarios, a quienes acusan de acoso laboral, ya que no les permiten atender las labores para las que fueron contratados.
A lo anterior hay que agregar la confrontación de grupos al interior de la alcaldía, quienes todos los días miden quién tiene el control absoluto sobre la alcaldesa Patricia Durán, su hermano José Luis o Espino Barrientos.
Y es que la repartición de las direcciones fue para gente de estos personajes, mientras los dineros los manejan allegados a José Luis Durán, la administración la tiene el grupo de Espino. Hasta pareciera que se pusieron de acuerdo para llevar un saqueo terso en Naucalpan.
¿Sabrá la alcaldesa el cochinero que dejó su tesorero, Leopoldo Corona, cuando tuvo la misma responsabilidad en Atizapán de Zaragoza, así como el cúmulo de observaciones que aún no terminan de atenderse en el OSFEM. Así como de los negocios millonarios que empezó ya a operar bajo el cobijo del poder?