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POLIGRILLA MEXIQUENSE
Pablo Cruz Alfaro
No obstante que la administración estatal que encabezó Eruviel Ávila, ha sido catalogada como la más corrupta y la peor calificada, hoy, casi dos años después de haber concluido, ninguno de los que participó en ella ha sido consignado.
Raro que esto pase, cuando si algo requiere el Gobierno estatal actual, es un golpe mediático de ese tipo para posicionar su liderazgo. Los señalamientos de corrupción en contra de los exsecretarios de Infraestructura, Erasto Martínez; de Salud, César Gómez Monge, quien heredó una deuda superior a los 9 mil millones y del de Gobierno, José Manzur Quiroga, quien además le jugó las contras a Enrique Peña Nieto, entonces presidente de la República, podrían dar la pauta para llevar a prisión a cualquier de ellos y demostrar quién manda en el Estado de México.
Si algo tiene claro el gobernador mexiquense, Alfredo de Mazo, es que nada le debe a su antecesor Eruviel Ávila y a su equipo, quienes de todos es sabido operaron en su contra y del PRI en las elecciones a gobernador, apostando a la llegada de Delfina Gómez, quien les había prometido inmunidad política.
Por eso resultaba extraño que Del Mazo hubiera mantenido como titular de Televisión Mexiquense al repudiado eruvielista Carlos Aguilar, situación que corrigió hace unos días al despedirlo y nombrar a Rodrigo Jiménez Sólomon.
Si algo está claro, es que si algún compromiso existía entre Del Mazo y Ávila Villegas, éste ya término y en los próximos meses podríamos empezar a ver cómo exfuncionarios de Eruviel son llamados a cuentas.
LA DE HOY: Otro que debería poner sus barbas a remojar, es el exalcalde de Tecámac, Aarón Urbina Bedolla, quien es investigado por un “elefante blanco” llamado Auditorio.