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Atlanta, Georgia.– Muy temprano, al otro día de que los New England Patriots lograran levantar el sexto trofeo Vince Lombardi de su historia, siempre de la mano de la dupla Tom Brady-Bill Belichick, un nuevo personaje robó protagonismo, pues justo el último domingo llegó su momento.
Julian Edelman, con ese look de leñador, muy ad hoc con el invierno, con la barba muy larga, recibió el galardón como el MVP del Super Bowl LIII, distinción que fue anunciada desde que los Pats derrotaron a Los Angeles Rams en el Mercedes-Benz Stadium.
Un orgulloso Julian, quien se destacó como el mejor de ambas escuadras, contó cómo fue su evolución en la organización de Foxborough, Massachusetts.
Y es que Edelman jugó en sus años como universitario en Kent State como mariscal de campo, pero cuando fue reclutado por el mismo Belichick, éste entendió que lo ocuparía en otras zonas.
Regresador de patadas, esquinero, receptor, que al final fue la que más le llenó al entrenador en jefe de Nueva Inglaterra, fueron las posiciones que practicó el rubio, y la última es la que lo tiene como estrella en la NFL.
“Llegué a través de los equipos especiales a la Liga, y de repente a la ofensiva, y cambias la mentalidad, enciendes un nuevo switch y te sorprendes estudiando a jugadores como (Aqib) Talib, (Nickell) Robey-Coleman, (Marcus) Peters, entre otros”, dijo, y además habló sobre lo que vivió tras la rotura del ligamento cruzado en su rodilla derecha.
“Cuando te lesionas, compites ante ti mismo para ir paso a paso para obtener confianza, empiezas a rezar para tomar ritmo, y de repente ya estás pensando en cómo jugar y entrenar, pero ahorita realmente no puedo pensar en eso”.