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El dueño de los Atlanta Falcons de la NFL y del Atlanta United de la MLS, Arthur Blank, es un hombre ambicioso. “Quiero el mejor estadio del mundo, que el fanático tenga la mejor experiencia cuando venga a mi estadio”, fueron las palabras del cofundador de Home Depot, mismas que inspiraron la creación del espectacular inmueble sede del Super Bowl LIII.
La sensación y reacción al entrar al Mercedes-Benz Stadium es de total asombro, una obra arquitectónica magnífica, majestuosa, que adorna el centro de la capital de Georgia y se puede ver casi desde cualquier punto de la urbe.
Una de las claves para que la experiencia sea única, es la cantidad de pantallas que hay en todo el estadio, sobre todo la principal, una pantalla en forma de halo, de 63 mil pies cuadrados, la pantalla de 360 grados más grande del mundo, que se encuentra a 17.6 metros de altura, debajo de los ocho paneles que se abren en ocho minutos para convertirse en una ventana al cielo.
El coso fue inaugurado el 26 de agosto de 2017, supliendo al icónico Georgia Dome como casa de los Falcons. Además de albergar al equipo local en la NFL, ha sido casa del Atlanta United, actual monarca de la Major League Soccer.
Es el primer recinto deportivo en Estados Unidos en recibir la certificación LEED Platinum, ésta lo avala como un edificio sustentable, mismo que cuenta con eficiencia energética, uso de energías alternativas, una mejora en la calidad ambiental al interior, eficiencia del consumo de agua y selección de materiales.
El aforo esperado para el Gran Juego del próximo domingo será de 70 mil personas.