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Habitantes de Ahuatepec y Jacarandas llevaron su protesta hasta el palacio municipal vaciando un camión de desechos como muestra de hartazgo
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La mañana del viernes, vecinos de las comunidades de Ahuatepec y Jacarandas, en el municipio de Otumba decidieron dar un golpe de efecto contra la indiferencia oficial, con ello, vaciaron un camión lleno de basura frente al palacio municipal para exigir el cierre inmediato de un tiradero clandestino que ha operado a espaldas de la ley durante tres años.
El basurero, ubicado a escasos metros de viviendas y tierras de cultivo, ha provocado la proliferación de plagas, olores fétidos y el temor de que los lixiviados alcancen un pozo de agua cercano.

Los afectados señalan que, pese a múltiples quejas, la única acción del ayuntamiento ha sido cubrir los desechos con tierra, una medida que califican de maquillaje.
“Creen que con echarle una capa de polvo desaparece el problema, pero nosotros seguimos conviviendo con ratas, cucarachas y perros salvajes”, denunció una vecina que vive a unos metros del sitio.
El malestar se concentra en la figura del alcalde Hilarión Coronel, acusado de desatender el reclamo ciudadano desde su primer periodo en el cargo.
Los inconformes aseguran que en más de una ocasión les prometió reuniones y soluciones, pero estas nunca se concretaron. “Nos dejan plantados, nos engañan y mientras tanto la basura sigue creciendo”, expresó un habitante con evidente molestia.

La protesta surgió luego de que las autoridades estatales y municipales incumplieran una cita para dialogar sobre el conflicto. Ante la ausencia de respuestas, los pobladores decidieron radicalizar su exigencia y exhibir públicamente la descomposición ambiental y política del municipio.
Los manifestantes piden ahora la intervención de la Secretaría del Medio Ambiente estatal no solo para clausurar el tiradero, sino para implementar un plan de saneamiento que devuelva condiciones dignas a la zona.
Para ellos, la acumulación de basura frente al palacio no es solo un acto simbólico: es la prueba de que la podredumbre institucional se ha vuelto parte del paisaje en Otumba.
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