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Robos, extorsiones y miedo a diario en colonias, mientras habitantes se dicen hartos de la violencia diaria, reclaman la ausencia total de autoridad en las calles.
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El miedo se ha vuelto rutina para miles de habitantes de Nezahualcóyotl, donde la delincuencia se ha instalado con fuerza en calles, negocios y colonias enteras.
Vecinos y comerciantes aseguran sentirse indefensos ante una ola de robos, extorsiones y amenazas que crece sin control, mientras las autoridades brillan por su ausencia.
Durante los primeros meses del año, las cifras oficiales proyectaban una aparente mejoría: la percepción de inseguridad disminuía y los operativos de vigilancia vecinal eran destacados por las autoridades como un modelo de éxito.
Pero bastaron unos meses para que esa frágil calma se esfumara. “Ya no es percepción, es una realidad que se vive todos los días”, reprocha Rosa Martínez, vecina de la colonia Jardines de Guadalupe. “Hay asaltos, extorsiones, amenazas a plena luz del día, y la policía solo llega cuando ya es tarde, si es que llega”.
En la colonia Vicente Villada, doña Margarita, quien lleva más de veinte años atendiendo su papelería, expresa su frustración con rabia contenida. “Prometieron seguridad y nos entregaron abandono. Si no nos roban el dinero, nos vienen a pedir ‘cuota’.
Nadie protege al pequeño comerciante”, dice, mientras señala los impactos de bala en la cortina metálica de su negocio, prueba del reciente intento de extorsión que sufrió.
El gobierno municipal ha prometido una reestructuración de la estrategia de seguridad, pero los vecinos insisten en que las promesas ya no bastan. “Queremos resultados, no discursos. Si no pueden con el cargo, que lo dejen”, exige Carlos Méndez, representante de comerciantes del mercado La Esperanza.
Mientras tanto, la comunidad permanece en vilo, vigilando sus calles como puede, esperando que la autoridad finalmente responda. Porque en Neza, vivir sin miedo se ha convertido, otra vez, en un anhelo.
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