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Una investigación de Diario Basta en los tabuladores de sueldos de la UNAM, destapó los salarios que han mantenido los miembros de la Dirección General del Deporte Universitario
DIEGO RAYA
Ciudad de México.- El actual director de la Dirección General del Deporte Universitario (DGDU), Alejandro Fernández Varela Jiménez, ha recibido un aumento salarial desproporcionado a lo largo de los años. En 2017, su sueldo era de 89 mil 194.51 pesos anuales, mientras que en 2024 ascendió a 136 mil 272.48 pesos.
Este monto no solo representa un crecimiento considerable en sus percepciones, sino que incluso supera el salario del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Leonardo Lomelí Vanegas, quien en 2024 percibió 73 mil 276.53 pesos, prácticamente la mitad de lo que recibe Fernández Varela Jiménez. Esta disparidad salarial resalta especialmente porque el director de la DGDU es un funcionario de menor jerarquía dentro de la estructura administrativa de la UNAM.
Desde 2015, Alejandro Fernández Varela Jiménez ha ocupado el cargo de director de la Dirección General del Deporte Universitario (DGDU) en la UNAM, a pesar de que la legislación universitaria establece que los directores de facultades y escuelas deben ser nombrados por la Junta de Gobierno y ejercer su cargo por un periodo de cuatro años, con la posibilidad de ser reelectos solo una vez.
Esto significa que el tiempo máximo permitido en el puesto es de ocho años, sin embargo, Fernández Varela Jiménez ha permanecido en el cargo durante una década, lo que representa una irregularidad en su nombramiento y gestión, de la cual también se ha informado en Diario Basta!.
A la opacidad en su permanencia se suma la falta de transparencia en la asignación de recursos dentro de la DGDU. A pesar de que los ingresos generados por los cursos de extensión, como natación y clavados, han aumentado considerablemente en los últimos años, las instalaciones deportivas de la UNAM no han mostrado mejoras significativas.
En muchos casos, las reparaciones realizadas han sido de mala calidad, lo que ha provocado un deterioro acelerado de los espacios. Alumnos y exalumnos han solicitado información sobre el destino del presupuesto, pero la DGDU ha argumentado que estos datos son confidenciales y han sugerido que los interesados realicen solicitudes formales de acceso a la información a la Unidad de Transparencia de la UNAM, la cual tampoco brinda información clara.
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