215 lecturas
Hace 2 años, Elon Musk estuvo a punto de suspender la compra del entonces Twitter, alegando que al menos el 5% de los supuestos usuarios eran granjas y bots; en ese momento, Musk declaró que una de sus prioridades era: “limpiar la plataforma, eliminar las cuentas de spam que provocan que la calidad de la plataforma sea peor”
¿Qué ha pasado desde entonces?, que a raíz de la compra de la plataforma y el cambio de denominación a X no solamente no se ha “limpiado”, sino que las granjas y bots han crecido para intentar incidir en la opinión pública.
Aunque las redes sociales son “jóvenes”, ya hay estudios que muestran cómo, a través de campañas se intenta crear tendencia, esto lo vimos claramente en la reciente campaña de Trump a la presidencia de Estados Unidos en donde, tanto la plataforma como el mismo Musk incidían en el discurso favoreciendo al republicano.
A principios del año pasado, la justicia de Brasil acusó a Musk de promover y favorecer lo que llamó las “milicias digitales” y ante la negativa de Musk de regular estos contenidos, un juez de Brasil multó a la plataforma con 100,000 reales diarios (unos 17,563 dólares) a lo que Musk reaccionó violentamente, tachando al presidente de Brasil como traidor al pueblo y arreciando la campaña de “milicias digitales” favoreciendo a Bolsonaro. El juez Alexander de Moraes decretó la suspensión de la plataforma en el país, suspensión que duró 40 días, y se reanudó luego del pago de una multa de 5,2 millones de dólares, que sedesactivaran las cuentas que probadamente eran objeto de desinformación y las llamadas “milicias digitales”.
En cuanto a la libertad de expresión que Musk alegaba “había sido vulnerada”, Human Rights Watch declaró: “La protección de los derechos (de los usuarios) no puede depender de los caprichos de las corporaciones”
Toda esta historia nos sirve como antecedente ante la exposición de la mañanera de ayer; no es la primera vez que se expone el manejo de las redes por “milicias digitales”; la libertad de expresión no está peleada con la ética de una empresa proveedora de un servicio y la exigencia de un comportamiento que se ciña a la verdad. Se pueden regular las redes, ya Lula lo hizo; por cierto, también aplicaría para los medios públicos, incluyendo a las televisoras.
Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
