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Por Gustavo Infante Cuevas
El T-Mobile Arena de Las Vegas fue testigo de una auténtica guerra entre Isaac Pitbull Cruz y Ángel Tashiro Fierro. Dos guerreros mexicanos que se entregaron en una contienda llena de intercambios explosivos y más de 1,400 golpes lanzados. Cruz se impuso por decisión unánime (98-92, 97-93 y 96-94), reafirmando su poderío en la división ligera y colocando esta pelea como seria candidata a “Pelea del Año”.
Desde el primer asalto, Pitbull mostró su agresividad característica, presionando y castigando a Fierro con combinaciones al cuerpo y rostro. Fierro, con gran corazón, intentó usar su mayor alcance, pero la contundencia de Cruz marcó la diferencia. En los rounds intermedios, Fierro tuvo momentos destacados, pero en el séptimo y octavo episodio Cruz lo lastimó seriamente, asegurando la ventaja en las tarjetas.
Como reconocimiento, Cruz recibió el cinturón “Guerrero Azteca” del WBC, en honor al legendario Israel Vázquez. Este título simboliza el espíritu guerrero del boxeo mexicano y conmemora las mejores batallas entre pugilistas nacionales. Esta pelea no solo entregó un espectáculo memorable, sino que también marcó el inicio de una nueva tradición en el boxeo.
