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REDACCIÓN, GRUPO CANTÓN
El Estado de México enfrentó una intensa temporada de incendios forestales en 2024, con un total de mil 200 siniestros registrados en distintas zonas de la entidad, según informó el director general de la Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque), Alejandro Sánchez Vélez.
Los incendios afectaron una superficie de 32 mil hectáreas, aunque la mayor parte del daño, se concentró en áreas de pastizales y arbustos menores, con un impacto limitado en árboles maduros.
Sánchez Vélez, destacó que el 92% de las áreas afectadas corresponde a pastizales, y vegetación de menor tamaño, lo que implica que los daños a los ecosistemas forestales más desarrollados, fueron mínimos.
Sin embargo, el número de incendios representa un aumento significativo, en comparación con años anteriores, especialmente en zonas urbanas y semiurbanas, donde se reportó un incremento de siniestros en pastizales.
El funcionario señaló un cambio en el patrón de siniestralidad, reflejando una tendencia hacia incendios más frecuentes en áreas cercanas a centros urbanos, lo que podría atribuirse al crecimiento poblacional y a condiciones climáticas desfavorables.
El periodo más crítico se presentó, durante la temporada de estiaje, alcanzando su punto máximo el 21 de junio, cuando las condiciones climáticas fueron especialmente adversas, con altas temperaturas y una sequedad extrema que favorecieron la propagación del fuego.
Entre los incendios más significativos, se reportaron dos eventos de gran magnitud como el de Malinalco, se registró un incendio cerca de la zona arqueológica, con una afectación aproximada de 800 hectáreas. Jilotzingo, otro siniestro de similar envergadura que afectó también unas 800 hectáreas, generando preocupación por la proximidad de áreas de alta biodiversidad.
Con la llegada de la temporada de lluvias, Probosque inició trabajos de restauración en las áreas afectadas.
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