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Por Jorge Gómez Naredo
Donald Trump ganó la presidencia en Estados Unidos, y será el próximo mandatario de esa nación. Para muchos, es una mala noticia, pues el republicano ha mostrado siempre una animadversión hacia los migrantes mexicanos.
Sin duda, que Trump haya llegado a la presidencia, implica ciertos riesgos para nuestro país, pues puede llevar a la práctica políticas que pueden afectar a nuestra nación, como a las amenazas de imponer aranceles a mercancías que nuestro país exporta hacia Estados Unidos o deportar a millones de trabajadores indocumentados.
Sin embargo, si hacemos un análisis de lo ocurrido cuando Trump era presidente y Andrés Manuel López Obrador gobernaba México, la relación entre ambas naciones se llevó de buena forma, y aunque hubo amenazas y manoteos del republicano, se lograron sortear conflictos.
Hoy, la oposición en México está emocionada porque Trump será presidente. Anuncian que a México le irá muy mal. Por ejemplo, León Krauze afirmó en redes sociales: “Trump ha elegido a Michael Waltz como su asesor de seguridad nacional. Junto con el también congresista republicano Dan Crenshaw, Waltz ha sido uno de los principales promotores de la idea de denominar como organizaciones terroristas a los carteles mexicanos y considerar acciones unilaterales estadounidense en territorio mexicano”.
La apuesta de la comentocracia de derecha es convencer a la gente de que nos irá muy mal con Trump, y que a la administración que encabeza Claudia Sheinbaum, le será muy complicado todo. Buscan, pues, difundir miedo.
Por supuesto que la relación con Donald Trump será compleja, pero así siempre ha sido con los gobiernos de Estados Unidos. No hay nada nuevo. Y las capacidades de Claudia Sheinbaum son muchas.
Así pues, la nueva apuesta de la derecha mexicana es crear tensiones entre los gobiernos de Estados Unidos y de México. Y eso, sin duda, no sólo es falta de ética, sino una actitud vendepatria. Por porque eso, en realidad, son: unos vendepatrias.