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Por Juan R. Hernández
Llegó la hora de sacar la basura. Este es el caso de Janecarlo Lozano, virtual alcalde en Gustavo A Madero, quien regresó el pasado martes a asumir su cargo como diputado local en el Congreso de la CDMX, para -nos dicen- expulsar a su suplente Israel Ramírez, por traicionar a la 4T y declinar a favor de Santiago Taboada, excandidato del PAN-PRI-PRD al Gobierno capitalino, que finalmente fue derrotado en los comicios.
En los pasillos del Recinto de Donceles, es sabido que Israel Ramírez fue usado como “Juanito” por el diputado Víctor Hugo Lobo para tener un pie en el PAN, con Santiago Taboada, y otro en Morena, para conservar su curul como diputado federal plurinominal. Eso sí, expulsado al Estado de México, ya que en el equipo de Clara Brugada, virtual jefa de Gobierno de la CDMX, nunca fue bien visto.
Con esta acción, Morena recupera una curul más en el Congreso capitalino, para aquello de poder aprobar alguna iniciativa en un periodo extraordinario.
Y hablando de cuentas, hay que recordar los debates por la Ciudad de México y la Presidencia. Miles de mexicanos pudieron observar a Santiago Taboada y Xóchitl Gálvez hacer publicidad barata a la encuestadora Massive Caller, que hoy enfrenta el peor de los ridículos al ser el vivo ejemplo de las encuestas “a modo”.
Las supuestas mediciones de Massive Caller provocaron que Taboada y Gálvez se convirtieran en el “hazmerreír”, pese a que ambos confiaron, de buena fe, en sus encuestas. Sin embargo, pagaron en las urnas la falta de análisis de dicha compañía.
Incluso, cada que podían, mostraban las encuestas como una prueba de su futura victoria. Sin embargo, la historia fue otra.
En este momento hay dos bandos: uno que celebra la victoria por la ola guinda y otro que busca descalificar a los miles y miles de mexicanos que participaron en la jornada electoral, porque ya se les olvidó que hubo observadores nacionales e internacionales, representantes de partidos políticos y los ciudadanos.
No se vale poner en entredicho a los millones de mexicanos que salieron a las calles a votar y ser funcionarios de casillas. A los que a través de las redes sociales eran el ojo vigilante de la madre de todas las batallas, donde hubo una aplastante derrota y hoy los responsables se niegan a dar la cara.
