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Jorge Gómez Naredo
La campaña de mentiras en contra de Andrés Manuel López Obrador, en la que se le quiere culpar por un imaginario atentado en contra de los aspirantes a la candidatura presidencial de la oposición, resultó un fracaso. Y es que era completamente absurda. La iniciaron desde varios medios de comunicación personajes como Joaquín López Dóriga y Raymundo Riva Palacio.
Y es que el Presidente jamás ha pedido a sus simpatizantes que confronten a los opositores. Jamás ha usado un lenguaje violento. Al contrario, siempre pedido que jamás se agreda a las personas, pues las confrontaciones siempre son ideológicas. Por eso, acusarlo de crear un clima de linchamiento en contra de los opositores es verdaderamente absurdo.
Como ya se dieron cuenta de eso, ahora han buscado matizar la campaña de guerra sucia, y ya no hablan de atentado (hubo incluso algunos que mencionaron la palabra “magnicidio” y afirmaron que Xóchitl Gálvez podría ser un “nuevo Colosio”). Ahora, la guerra se diluyó a “desafuero”.
Ayer Héctor Aguilar Camín -intelectual ligado a Carlos Salinas de Gortari- indicó en una columna que es probable que a Xóchilt Gálvez se le intente desaforar. Y como “evidencia” de eso afirmó que ha sido denunciada ante dos fiscalías: una federal y una local. Y por eso, concluye que “lo que sigue es que las fiscalías ‘encuentren’ en las empresas [de Xóchitl Gálvez] delitos que ameritan desaforar a la senadora, llevarla al juez y privarla de sus derechos políticos, para que no compita por la Presidencia”.
Aguilar Camín (y muchos otros) intentan convertir a Xóchitl Gálvez en víctima del “autoritarismo” del gobierno de AMLO, es decir, en “mártir”. Pero es un absurdo también.
Nadie está persiguiendo a Gálvez y por supuesto que nadie va a fincar un proceso de desafuero contra ella para impedir que participar en la contienda presidencial. Lo que escriben personajes como Aguilar Camín son absurdos, buscan engañar a la gente y presentar a Xóchitl como una perseguida política. Nada más alejado de la realidad.
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