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CIUDAD DE MÉXICO. – Después de las elecciones federales de 2012, no encontramos ya noticias sobresalientes de la doctora Sheinbaum, y todo induce a creer que, autodefinida de izquierda, y de la mano de Andrés Manuel, se siguió preparando para, llegado el momento, ser una integrante influyente en la vida interna de Morena, como lo fue en el Consejo Estudiantil Universitario (CEU) entre 1986 y 1987, movimiento estudiantil que sin violencia frenó una reforma; fue, también, un semillero de políticos y el brazo juvenil que dio origen al PRD, y actor influyente en la vida interna de la UNAM durante más de una década.
Los nombres de Claudia Sheinbaum, Imanol Ordorika, Antonio Santos, Óscar Moreno, Carlos Ímaz, Rosario Robles, Salvador Martínez Della Rocca y Guadalupe Carrasco, La Pita, entre otros estudiantes y académicos, comenzaron a destacar por su activismo universitario y después como militante del PRD.
El CEU fue la fuerza juvenil del PRD que impulsó la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas.
Sus integrantes lo llevaron a Ciudad Universitaria y lo convirtieron en el candidato de la UNAM, con mítines masivos en la explanada de la Rectoría, y, a huevazos, empujones y descalificaciones corrieron de CU a otros candidatos que querían hablar en el campus.
Fue el rector José Sarukhán el que condujo a la UNAM en un contexto de poder ceuísta. De los 13 años que imperó en la organización de movimientos estudiantiles, ocho correspondieron a Sarukhán, pero a diferencia de Carpizo, le tocó un activismo estudiantil abiertamente ligado con el PRD y con sus puestos de poder: diputados federales, delegados jurisdiccionales y del gobierno capitalino, desde donde salían apoyos a los jóvenes del CEU.
En YouTube, hay un video en el cual se puede ver a la estudiante de Ciencias, Claudia Sheinbaum, de 24 años, durante el movimiento estudiantil de 1986. Se le observa hablando sobre el conflicto que se vivía al interior de la UNAM entre alumnos, rectoría y gobierno. Explica:
“La Rectoría gastó millones de pesos en publicaciones en los periódicos, en la radio, en la televisión, nos decían que éramos gente completamente ajena a la universidad y que no era un movimiento estudiantil legítimo”.
También pide orden, para proseguir la reunión estudiantil que se tenía en ese momento: “…compañeros, absoluto silencio y respeto, no caigamos en provocaciones; pido a los compañeros del CEU que están en esta ala, que abran una valla para el momento que tengan que pasar los compañeros de la comisión”
Ignoramos si ese activismo universitario influyó para que la ya entonces doctora Sheinbaum, en 2015 lograra ser la primera mujer en ser electa jefa delegacional en Tlalpan. Sin embargo, como delegada tuvo que enfrentar la crisis por el desplome de una parte del Colegio Rébsamen durante el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Pero pronto pudo evitar tan penoso asunto, porque, ese mismo año, la doctora Sheinbaum dejó el cargo luego de salir victoriosa en la consulta interna de Morena para la precandidatura de la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por la coalición “Juntos Haremos Historia”, conformada por Morena y los partidos del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES). Compitió contra Ricardo Monreal, exjefe delegacional de la Cuauhtémoc, Mario Delgado y Martí Batres.
Rumbo a la silla de la CDMX
Claudia Sheinbaum tuvo la fortuna de ganar las elecciones de 2018 con 2.5 millones de votos en la Ciudad de México, lo cuales la convirtieron en la primera jefa de Gobierno por el voto popular, aunque no la única en gobernar la capital mexicana, ya que en 1999 lo hizo Rosario Robles como sustituta del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. En su toma de posesión como jefa de Gobierno, el 5 de diciembre de 2018, estuvo presente el ya para entonces presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.
Cuando ocupó su oficina del Antiguo Palacio del Ayuntamiento (con “teléfono rojo”, para comunicarse directamente con el presidente López Obrador), ordenó retirar ventanas (colocadas en 2013) y artículos blindados, y entregarlos a quienes los necesitaran. Una de sus primeras acciones como jefa de Gobierno, fue que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) “desapareciera” al grupo policiaco conocido como de “granaderos”.
Siguiendo adelante con el estilo de gobernar “con austeridad” (impuesto por López Obrador), Sheinbaum cambió las camionetas Suburban blindadas que daban servicio a sus antecesores en la jefatura de Gobierno por un modesto auto tipo sedán, para ser trasladada a sus eventos oficiales. Asimismo, su gabinete, en un inicio, lo integró con expertos en diferentes ramas, cierto, pero poca experiencia en la administración pública y en la política.
Casi al cumplir su primer año como mandataria capitalina, en noviembre de 2019, activó la alerta de violencia de género contra las mujeres en la Ciudad de México; descubrió y denunció que había sido objeto de espionaje por parte de funcionarios de su antecesor Miguel Ángel Mancera, lo que derivó en una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de la capital.
Todo mundo sabe, por otra parte, las duras pruebas a las que fue sometida la doctora Sheimbaum Pardo durante los cinco años que estuvo como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, sin lograr vencerla. Comenzando con el derrumbe de una parte del Colegio Rebsamen durante el sismo del 19 de septiembre de 2017 (cuando ella era delegada de Tlalpan), y después el desplome de la llamada “Línea Dorada” del Metro, que cobró la vida de 26 personas y dejó decenas de heridos el 3 de mayo de 2021, siendo jefa de Gobierno (continuará).
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