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Ana María Vázquez
Los contratos exhibidos por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador con respecto a Xóchitl Gálvez la ponen en un serio aprieto, queda demostrado que ha violado los artículos 220 221 y 222 del Código Penal Federal y que ha cometido abuso de la función pública desde que fue delegada en la alcaldía Miguel Hidalgo.
El ídolo de barro de la oposición comienza a desmoronarse, muchos ya habíamos predicho que una figura inflada no duraría mucho.
La todavía senadora plurinominal mientras tanto, amenaza con una nueva denuncia hacia el Ejecutivo por presuntamente “violar el código fiscal” al dar a conocer información privada de los clientes que tienen contratos con su empresa.
Conocida por denunciar a “todo lo que se mueva” a la senadora le llegó tarde la restricción del INE y las medidas cautelares impuestas por ese organismo y el presidente tuvo tiempo de asestar un fuerte golpe a la prepre candidata que llega en bicicleta y se marcha en BMW.
AMLO instó a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, organismo de Claudio X González a investigar los 1,400 millones de pesos que recibió por contratos, sin embargo, la asociación se lavó olímpicamente las manos.
Las sacudidas que está dando el Primer Mandatario a la derecha son tan fuertes y fundamentadas que ni con toda una cartera de demandas, la señora Gálvez podrá salir limpia. Una carrera política llena de mentiras, de favoritismos, de ligas con empresas inmobiliarias y de contratos dados a sus propias empresas muestran a la actual aspirante “hecha a sí misma”, en un mar de corrupción, ese del que viene y que intenta cubrir con un Huipil (que por cierto y dicho sea con todo respeto, sirve también para cubrir el sobrepeso y no precisamente por orgullo de origen).
Está claro que en medio de tanta mentira, la aún senadora no renunciará y por supuesto, modificará los términos de su promesa tal y como ha modificado una y otra vez sus propias palabras, sin embargo, la cuenta atrás de la apuesta de Claudio X. ya comenzó y su “gran rival” tiene demasiado barro en los pies como para sostener dignamente su propia imagen. Veremos muy pronto quién será la siguiente apuesta: ¿Creel, Mancera? Al tiempo.
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