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Abraham Mendieta
A lo largo de las últimas semanas, hemos visto una de las versiones más violentas de la derecha conservadora a lo largo de todo el sexenio, y no es casualidad.
Ya entendieron que al Presidente no le van a quitar ni una pluma de su popularidad, especialmente tras la nueva convocatoria masiva en Zócalo capitalino, que con todo y lluvia, volvió a desbordarse, e implementaron una nueva fase de la estrategia de ataques y mentiras que los caracteriza.
En esta ocasión, su violencia, sus mezquindades, y sus noticias falsas, van dirigidas específicamente contra los distintos liderazgos que tiene la Cuarta Transformación a nivel nacional, que han tenido y tendrán un papel importante en este y en próximos sexenios.
Comenzaron atacando a Luisa María Alcalde, con un claro sesgo misógino tras su nombramiento como Secretaria de Gobernación, continuó el corrupto de Madrazo, con su medio de golpeteo político, atacando a Adán Augusto López, siguieron insinuando incluso, que, Claudia Sheinbaum no era mexicana, desataron todo su machismo y odio contra Andrea Chávez, la más joven de la 4T en la legislatura, a la que Presidente llamó en su mañanera el “relevo generacional”, y hasta a los moneros de El Chamuco, que no se presentan a las elecciones, quisieron difamar por el presupuesto legal y honesto con el que se financia una parte de su excelente trabajo editorial.
Esto tiene una explicación muy clara. La oposición ha desperdiciado cinco valiosos años en los que podría haber construido, como la 4T hizo, figuras creíbles y con reconocimiento popular. Perfiles diferentes, sin lugar a duda, y en distintos momentos de su vida política, pero con la capacidad de representar e inspirar a distintos grupos sociales.
Atacan algo que ellos no tienen: figuras de certeza y reconocimiento. En esta intentona violenta volverán a fracasar, porque los ataques de parte de quienes están tan desacreditados solo fortalecen al receptor: ya lo dijo el Presidente, si te atacan esos, es que van por el camino correcto.
