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Jorge Gómez Naredo
Xóchitl Gálvez ha causado grata impresión entre los que mandan en la oposición (que no son, necesariamente, los dirigentes de los partidos políticos). Les gusta su tono beligerante, su actitud de estar echada para delante, los chascarrillos que dice y hasta les convence que se haya vestido de botarga de dinosaurio para protestar contra la reforma electoral de Andrés Manuel López Obrador.
La ven mejor que a Santiago Creel, un personaje aburrido, que cuando habla, en lugar de ánimos y energía, provoca somnolencia entre quienes lo escuchan.
Por eso, no pocos han pensado que Xóchitl puede ser la candidata a la presidencia de la República por el PRI, PAN y PRD.
Le ven posibilidades de competir. Además, con la faramalla que hizo de exigir “derecho de réplica” en la mañanera, notaron que varias personas comenzaron a aplaudirla.
Los que mandan en la oposición (que no son los dirigentes de los partidos políticos) están a un paso de decidirse por Xóchitl. Por eso, muchos de los demás aspirantes han declinado.
Lo hizo primero Germán Martínez, hace dos días Lilly Téllez y ayer Claudia Ruiz Massieu. Y declinaron porque saben que los que mandan en la oposición están a punto de optar por Xóchitl.
Además, es muy clara la cargada.
En la prensa ya hay decenas de “analistas” afirmando que Xóchilt es la candidata idónea, que es valiente y que ha enfrentado a AMLO. Hay algunos que incluso afirman que la panista causa un miedo terrible en Morena, y que están temerosos de que sea ella la que encabezará al PRI, al PAN y al PRD en la contienda electoral de 2024.
En redes sociales también se han montado operativos para colocarla como tendencia. Hay miles de cuentas robots que a diario difunden lo que hace Xóchitl. Es muy claro que las cuentas de la senadora panista están infladas, y que eso que están haciendo cuesta bastante dinero.
Por eso es muy claro que Gálvez es bien vista por los dueños del dinero. Así pues, falta poco para que los que mandan en la oposición decidan. Xóchitl lleva la ventaja. Y ella, inflada, alabada y obnubilada, ya se siente presidenta de México.
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