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Arreando al Elefante | La cultura del desprecio y una tal Denise

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Ana María Vázquez

¿Cuándo nació?, dicen que durante la conquista, cuando se crearon las primeras clases por mezclas, así, el “salta pa´ atrás” o “saltatrás”, no podía hablar de frente con un criollo, tenía que dirigirse a él con la vista fija en el suelo; la historia da muestra de la cultura de clases durante la Segunda Guerra Mundial, en la que, al pregonar la superioridad racial, se trató de acabar con los “impuros”; durante el neoliberalismo, el concepto de clase sustituyó la pureza por el dinero y fue así como todo se compraba, hasta el respeto. Hoy en un país tremendamente racista y clasista, fomentado principalmente por la televisión al importar modelos europeos y anglosajones como símbolos de “gente bien”, muchos juzgan no solo tu educación, demeritando la escuela pública o las manos curtidas por el trabajo de la tierra, sino por los modelos educativos de grandes consorcios que, con línea de agenda mundial, moldearon a los jóvenes hacia el clasismo absoluto por poder pagar colegiaturas en dólares.

Sin el campesino, el obrero, el maestro, la cómoda vida de “los de arriba” serían polvo y letra muerta, sin el que pone la primera semilla en tierra adecuada y en el tiempo preciso, son imposibles los restaurantes de lujo. No hemos sabido reconocer el valor intrínseco que cada persona aporta a la sociedad, desde el humilde maestro rural hasta el que trata de vender en la calle su cosecha por unos cuantos pesos, TODOS tienen un valor adicional, el de ser HUMANOS. No aprenden que necesitamos un mundo más igualitario para que todos, incluyéndolos, podamos tener más armonía.

La desigualdad que muestra la señora Dresser en sus críticas, la pinta peor a ella y a los que piensan como ella que a los que critica, aunque después haya querido matizar en otro tuit sus palabras. “Maloliente”, sí, los campesinos, los obreros, los cargadores, los mineros, las personas a las que desprecia no son más que el reflejo de sí misma y de lo que odia. Serénese, Hitler ya murió y los científicos han demostrado que la sangre solo se divide en factores, no en clases sociales. Le deseo que su perfume de marca, le dure mucho.

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