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abril 23, 2024

Voces

Manifiesto | El lastre de la oposición

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Abraham Mendieta

A lo largo de los últimos meses, se ha insistido de manera recurrente, por parte de los sectores opositores, que el otrora hegemónico PRI era un lastre para la Alianza Va x México, y que sus propios aliados deberían dejarlo en el camino, especialmente tras los continuos escándalos de su dirigente, Alito Moreno.

Esta narrativa, impulsada por Movimiento Ciudadano, al que le urge sacar al tricolor para ocupar ellos el espacio que tuvieron en 2018 dentro de la alianza opositora, y alimentada por los sectores más ultraderechistas del PAN, hizo aguas en este proceso electoral que tuvo lugar el pasado domingo, donde el PRI mantuvo el Estado de Coahuila, y perdió el estado más poblado y con mayor presupuesto del país, el Estado de México.

En este proceso se demostró que el mayor lastre para la oposición no fue el PRI, sino el PAN, que apenas aportó el 6% de los votos en Coahuila, cantidad que ni por error marcaba la diferencia en los comicios, ganados solamente con el voto y la operación mafiosa de Miguel Riquelme y del PRI.

De igual manera, si a algún actor opositor es atribuible la derrota de la oposición en el Estado de México, es al PAN, que tan solo logró un 11% de los votos, alejándose del casi 25% que logró en su mejor momento, y abandonando el famoso “Corredor Azul”, que tuvieron que operar con compra de voto, detenciones, y coacción, los mapaches priistas que gobiernan Tlalnepantla.

Ese lastre azul, sin votos, encabezado por Marko Cortés, demostró una vez más que si los candidatos no son suyos, no se toma en serio las elecciones, no se gasta su presupuesto, y no opera estructuras de voto.

Y, además, divide, pues cuando conocieron sus malos resultados, salieron inmediatamente a culpar al Gobernador Alfredo del Mazo por no violar (tanto) la ley, y no imponerse a la fuerza como en 2017, para así distraer la atención de su testimonial papel.

En poco ayuda a la oposición que, en los últimos dos gobiernos del PAN, un narcotraficante, como Genaro García Luna estuviera a cargo, primero de la AFI, y luego de la Secretaría de Seguridad. Tampoco suma que su excandidato presidencial, Ricardo Anaya esté fugado para evadir la justicia, ni que su último expresidente de la República, Felipe Calderón, se esconda en Madrid. Los panistas son el verdadero lastre de la alianza opositora.

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