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Sebastián Ramírez Mendoza
Este fin de semana terminó el primer periodo de sesiones del año en el Senado de la República, y a pesar de la pijamada que organizó en el pleno la senadora panista Xóchitl Gálvez, aún quedaban temas muy importantes en la agenda legislativa. Se trataba de 18 minutas cuyo contenido, sin duda, nos interesa a todas y todos. Sin embargo, los senadores y senadoras del PRI, PAN, PRD y MC deliberadamente se abstuvieron de participar en la discusión de estas reformas, aunque esta sea su principal tarea como representantes populares.
Hace más de un año que el bloque conservador en el Congreso de la Unión y sus dirigentes partidistas amenazaron con que no votarían a favor de ninguna iniciativa que viniera del Presidente López Obrador o la bancada de Morena, importándoles poco si se tratara de temas que benefician al pueblo. Ejemplo de lo anterior es la Ley 3 de 3, que busca impedir que los agresores sexuales y domésticos puedan ocupar puestos en el gobierno o contender a cargos de elección popular. Esta ley es una de las 18 reformas que se discutieron en la sede alterna del Senado mientras la oposición estaba en su fiesta de pijamas, y si hoy es una realidad para combatir la violencia de género, no es gracias a ellos, sino a pesar.
Otros de los temas que incluían las 18 minutas, eran referentes también a reformas en materia minera, del sistema de salud, órganos de la administración pública, ciencia y tecnología, aviación, entre otros. Legislar es la principal tarea de nuestras y nuestros representantes populares, y el debate, contraste e intercambio de ideas entre ellas y ellos no es solo natural, sino esperado.
Hace mucho tiempo que el bloque conservador que representa aún a muchos mexicanos, abandonó el diálogo y su trabajo legislativo para entregarse por completo a la política del espectáculo.
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