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Ricardo Sevilla
El presidente López Obrador exhibió, una vez más, al palurdo Vicente Fox. Sí, a ese personaje que hace 23 años, aprovechándose del hartazgo de la sociedad mexicana, se le permitió gobernar este país, o mejor dicho: mal gobernarlo y peor aún: saquearlo cuanto quiso. Usted ya conoce a Vicente Fox, el sujeto que ocupó la presidencia de 2000 a 2006, y que protagonizó escándalos como el del “toalla Gate”, es decir: comprar toallas con dinero de las arcas públicas, en más de cuatro mil pesos la pieza.
¿Verdad que sí se acuerda de Fox? Así es: se trata de ese fantoche que, no hace mucho tiempo, anduvo diciendo: “Yo no tengo dinero. Soy pobre. Ya no tengo pensión”. Pero Fox, que ha sido tratado como un tonto,
es mucho más que un mequetrefe. Vicente Fox es un tipo corrupto y pernicioso. Y eso lo hace sumamente peligroso. Fox tuvo la oportunidad de ser el artífice del primer gobierno democrático y transformador de este país, pero prefirió darle la espalda al pueblo de México y aliarse con las cúpulas empresariales para saquear a la nación.
Pero sus corruptelas no le bastaron. Y no le bastaron porque, durante su fallida gestión, Fox demostró ser un peón del imperio estadounidense. ¿Se acuerda que le pidió, palabras más, palabras menos, a Fidel Castro que comiera y se fuera, solo para darle gusto a sus jefes: los estadounidenses?
Además de corrupto, palafrenero de los extranjeros. Que Fox fue un tipo cerril fue algo que quedó demostrado, una y mil veces, cuando ocupó con su mole cerril la silla presidencial. Y por eso hace muy bien López Obrador exhibiéndolo. Pero ojo: cuando el presidente exhibe las corruptelas de este ladrón de cuello blanco es para que la gente sepa (o mejor dicho: recuerde) quién es Fox y qué representa.
Y es que Fox representa la esencia de la oposición: cinismo, corrupción e indolencia ante el pueblo. Fox forma parte de ese partido político conservador que se alza de hombros ante los hechos que más lancinan el alma de los mexicanos y mexicanas. ¿Un ejemplo? Se lo doy: el fin de semana un comando armado irrumpió en un balneario de Guanajuato y asesinó a siete personas. El hecho habría ocurrido en el centro turístico de La Palma, en donde al menos 20 personas armadas ingresaron y atacaron a las personas. ¿Y sabe usted qué dijo el PAN? Nada, se alzó de hombros, indiferente. Bueno, el secretario de Gobierno de ese estado pidió a la Fiscalía aclarar la masacre del balneario y exhortó a la ciudadanía a estar tranquilos y tomar todas las precauciones.
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