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Policías detuvieron a un sujeto, luego de que varias ratas robaran un camión lleno de perritos en las Aduanas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Redacción Grupo Cantón.
Los perritos ya no podían ladrar, y si lo hacían era porque de milagro una gota de baba les refrescaba la garganta. Varios de ellos pasaron la prueba de fuego; varias horas sin comer, sin beber agua entre el calor de los demás animalitos en plena carretera. 210 canes a bordo de un camión que partió una madrugada de Colombia, pues quien iba a decir que cajas y cajas amontonadas resguardaban la manada y aunque un chofer los conducía hacia una dirección, terminaron llegando a otro lugar completamente diferente.
ROBO DE LOS PERRITOS
“¡Es ahora que van saliendo de la Aduana!”, dijo Gerardo ” N” a su cómplice Enrique ” N”, mientras éste tomaba su pistola y se la guardaba detrás del pantalón. Por lo que una vez que el camión iba saliendo de área de Aduanas del Aeropuerto Internacional de la CDMX (AICM), los dos sujetos a toda velocidad interceptaron el camión y a punta de trancazos bajaron al chofer de la unidad, donde a bordo viajaban los cachorritos. ” ¡Jalale, wey!”, dijo Enrique a Gerardo quien a toda velocidad manejaba el vehículo. Una vez encarrerados creyeron que ya la habían librado, pero jamás se imaginaron que policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ya estaban trabajando en su localización.
DETENCIÓN
Fue así, que entre las calles Norte 92 y Oriente 167, en la colonia Esmeralda de la alcaldía Gustavo A. Madero, uniformados a bordo de motocicletas de gran cilindraje y patrullas les dieron alcance.
Esta vez los habían atorado con las manos en la masa, descargando varias cajas en la dirección anteriormente mencionada, pues al parecer, ninguno de los dos se dio cuenta que un uniformado los observó a lo lejos y dio aviso a más de sus colegas. ” ¡La tira wey, la tira!”, ¡Súbete al camión y jálale, wey!”, dijo Enrique con varias gotas de sudor escurriendo de su cabeza, mientras aventaba una de las cajas llena de perritos a su suerte. “¡No dejen que se nos escapen!”, gritó uno de los efectivos que corría detrás de Gerardo, quien por más esfuerzos que hizo para que no lo alcanzaran esta vez la suerte no estuvo de su lado y los tiras lo apañaron. Enrique corrió más rápido y logró escapar hasta perderse entre las calles.
PROTEGEN A LOS FIRULAIS
Los uniformados resguardaron a todos los cachorritos de razas como husky y bulldog, los cuales fueron revisados y afortunadamente se encontraban en buen estado de salud, esto a pesar de que se encontraban entre sus propias heces y algunos hasta se aparearon.
Hasta el momento no se sabe para qué trajeron tanto lomito de Colombia, pero todo indica que era para venderlos en esta época navideña como si se tratara de juguetes. ¡Vaya crueldad!
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