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Gerardo Fernández Noroña
1. Ante la detención del exprocurador Murillo Karam, por su responsabilidad en el encubrimiento, omisión, tortura y complicidad gubernamental para evadir que se conociera lo sucedido con la desaparición
forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, si bien era de esperarse, no deja de sorprender la defensa pública que se hace de tan nefasto personaje.
2. No es un asunto personal. No es que te abstraigas de que es un adulto mayor que fue sacado de la comodidad de su hogar en las Lomas de Chapultepec, para enfrentar la consecuencia de sus actos presuntamente
delictivos.
3. El puro hecho de que el exprocurador general de la República y exgobernador de Hidalgo viva en las Lomas de Chapultepec debería llamar la atención sobre el origen de sus recursos. Muy difícilmente sus cargos
públicos le darían para tener dicho inmueble, que seguramente no es el único que posee.
4. Pero ojalá estuviésemos hablando de un acto de corrupción. Estamos hablando de una noche de terror: el 26 de septiembre de 2013, en que no sólo 43 normalistas de Ayotzinapa fueron víctimas de desaparición forzada, esto es, desaparecidos por el propio gobierno, sino de que la desaparición se dio después de que los normalistas fueran agredidos durante una rueda de prensa realizada a la medianoche en la cual denunciaban ataques criminales en su contra unas horas antes, justo en el lugar donde habían sido agredidos.
5. Esa noche de terror en Iguala habían perdido la vida por lo menos tres personas durante los ataques previos, antes de que se diera la desaparición forzada de 43 jóvenes estudiantes y de que tres más fueron asesinados en el lugar de los hechos. Les recuerdo que a uno de los jóvenes, lo desollaron de la cara estando vivo, antes de asesinarlo.
