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Javier Cerón Espinosa
A lo largo de la historia del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la R.M., hay nubarrones que van desde terrorismo laboral en contra de los trabajadores hasta el manejo de “negocios” ilegales, pero permitidos porque la simulación de las autoridades laborales y de Pemex, originaron que operen con total impunidad, desde tiempos de Joaquín Hernández Galicia (a) “La Quina”, hasta Carlos Romero Deschamps.
Los reportes indican que, en los principales centros petroleros de Pemex, que dirige Octavio Romero Oropeza, las diversas secciones sindicales tienen sus “operadores” encargados de cobrar los “moches” a todas las empresas que tienen contratos con terminales de distribución, de mantenimiento y de construcción de diversas instalaciones petroleras. Son negocios donde hasta Presidentes Municipales están involucrados.
Una de las muestras es el centro de Pemex, que está en la entrada de Reforma, Chiapas, casi en los límites con Villahermosa, Tabasco, dónde están apostados supuestos trabajadores sindicalizados, pero que realmente son el “grupo” encargado de cobrar las cuotas o “moches” a los camiones de las empresas que acuden a realizar operaciones, de lo contrario, son quienes decidan si entran o son rechazados y estas prácticas se han realizado por décadas, sin que autoridad alguna ponga un alto a estas acciones ilegales que han estado presentes desde hace muchos años y que nadie ha puesto un alto para que no se sigan llevando a cabo a pesar de que las pérdidas son millonarias.
Ahí mismo, se negocian subterráneamente una serie de contratos para trabajadores o plazas, quienes también aportan sus “entres”, en lo que constituye toda una red bien organizada de corruptelas y “negocios” turbios que pasan por encima de la Ley laboral y de las propias autoridades, donde no se ha podido desterrar la corrupción que pregona él presente gobierno.
Hasta la próxima…
